Nueva Revista 033 > De la presidencia González a la tercera apertura

De la presidencia González a la tercera apertura

Arturo Moreno

Sobre la decisión que tomaron los españoles en las últimas elecciones permitiendo que el decadente gobierno de Felipe González siguiera su carrera, alterándo así en Estado de Bienestar.

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Arturo Moreno, “De la presidencia González a la tercera apertura,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/600.

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De la presidencia González a la tercera apertura

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Panorama

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Sobre la decisión que tomaron los españoles en las últimas elecciones permitiendo que el decadente gobierno de Felipe González siguiera su carrera, alterándo así en Estado de Bienestar.

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Arturo Moreno

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Nueva Revista 033 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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El destino de España De la Presidencia González a la tercera apertura Por Arturo Moreno olamente han pasado seis meses desde que los españoles decidieron seguir como estaban, liándose la manta a la cabeza agarrados a las escuálidas ubres del Estado de Bienestar sin Squerer enterarse si éste podía seguir sustentándoles como hasta la fecha. Decidieron apostar por la aparente seguridad del continuismo es decir, por el impulso del instinto conservador, antes que asumir el riesgo político que conllevaba la lógica de la alternancia; prefirieron adentrarse en las tinieblas a la incertidumbre de un camino nuevo. Al rechazar la lógica de la alternancia, los españoles eligieron postergar la posibilidad de una reforma del Estado que era lo que ofertaba la oposición, en favor de una promesa de mantenimiento de sus condiciones económicas y sociales hecha por el gobierno, al que otorgaron el beneficio de la duda en detrimento del compromiso público de la oposición, que formalmente igualó la oferta, pero sobre la que flotaba la sospecha de que iba a reducir el salario de los pensionistas en 8.000 pts. Estas 8.000 pts. pudieron costar 1.000.000 de votos que fueron los que separaron al final al Partido Popular del Partido Socialista. En definitiva el pueblo español entendió el mensaje y se plegó por cuarta vez en casi once años al Proyecto González, que efectivamente proponía más de lo mismo desdeñando el más de otra cosa, que era lo que intrépidamente ofrecía la oposición. Pero dejando a un lado los análisis sobre las elecciones del 6J, nos encontramos que en este momento en España existen una serie de cuestiones o problemas por resolver que afectan al sistema político, al modelo económico o a la protección de las libertades de los ciudadanos. Algunas de las cuestiones que deberían centrar la discusión política en España serían: 1. Liderazgo En su doble vertiente de gestión o administración del mismo y de dirección (moral y política). No parece que un presidente como González, cansado y aburrido, esté en condiciones de desandar gran parte de los hechos, los modos, los hábitos y las actitudes creadas por él mismo, ni de dirigir su política en otra dirección. La situación que padece España se ha ido desarrollando bajo el mandato de Felipe González. Es posible que no tenga el liderazgo político, ni el moral y sin embargo que tenga el liderazgo de la cortesía, pero éste es para otra profesión. España necesita un Presidente que administre pero que también transforme. 2. España El papel central de los nacionalistas catalanes muy especialmente y vascos, en la configuración de mayorías políticas en el actual Parlamento, está generando unos efectos muy negativos sobre la concepción del país. a) Han inventado el Factoring político: presentación, por su parte, de factura proforma y pago por adelantado del Gobierno Central, como instrumentación práctica de un apoyo político. Esta edificante forma de pago marca las relaciones de los nacionalistas con el Gobierno; ya dijo Pujol que un catalán, cuando viene a Madrid, no debe volverse a Cataluña sin cobrar. b) Con sus reivindicaciones asumidas inconscientemente por un gobierno a la deriva, empujan a España a convertirse en un Estado Federal. El Estado Federal, desde un punto de vista jurídicopolítico, sirve para unir lo que estaba desunido; no es una solución buena, por lo tanto, para lo que ya estaba unido. Pero la política del Gobierno hace que estemos pasando del café para todos a la de tarta para dos y el resto a dos velas. Parar, sobre todo por el bien de Cataluña y Euskadi, la marea nacionalista, y por lo tanto su efecto reflejo, vía agravio comparativo, en el resto de las comunidades del Estado que aspiran a mejorar su techo autonómico, exige un fortalecimiento de las estructuras políticas de los partidos, principalmente PP y PSOE. Hay que oponer al nacionalismocerrado, el catalanismo o vasquismoabierto. Hay que decirle a los ciudadanos de Cataluña y el País Vasco que una vez obtenidas en estas dos Comunidades, con el esfuerzo de todos, la capacidad de autogobierno y recuperadas sus señas de identidad lengua, cultura, instituciones propias, etc. hay que normalizar la situación política, que no puede ser la de la reivindicación constante ni de la continua y concéntrica obsesión en la autoafirmación de la identidad. Lo importante, después de lo conseguido, es la gestión, la resolución de los problemas de los ciudadanos. Nacionalistas vascos y catalanes, después de muchos años en el ejercicio del poder en sus respectivos territorios, han fracasado rotundamente en su gestión. A los vascos hay que decirles que los sres. Arzallus y Ardanza han conseguido, desde su ambigüedad culposa, convertir en un páramo industrial a la siempre activa y rica Euskadi. Ahora se escudan en una falsa escalada de reivindicaciones, proponiendo a los buenos vascos una ulsterización de esa tierra, con objeto de tapar la ineficacia e incompetencia. En menor medida, el Honorable Pujol utiliza en Cataluña parecidos métodos clientelistas a los del PSOE en el resto de España. Pues bien, la posibilidad de integrar desde organizaciones políticas autónomas, pero implicadas en partidos de corte nacional, a la burguesía económica y social de estas dos comunidades, es el gran reto que podría y debería parar la conversión de España en un Estado Federal desde la avanzadilla vasca y catalana. Ahora es el momento de mejorar la implantación y la representación política de los partidos nacionales, deteniendo la amenaza del monolingüismo solo catalán y vasco, a la que nos llevan los nacionalistas desde la exigencia del bilingüismo e incluso del plurilingüismo que se hable catalán y castellano pero que los niños aprendan también el inglés. Ahora es el momento de oponer un modelo de apertura y colaboración, a uno enclaustrado y de confrontación. Es en estas dos comunidades, sobre todo por su importancia numérica en Cataluña, donde se decidirá no sólo la mayoría, sino la estabilidad de un gobierno sin hipotecas en las próximas elecciones. Hay que decirles a los electores que no discriminen su voto, según el carácter de las elecciones nacionales o autonómicas; hay cuestiones de fondo de concepción del Estado y del papel de estas dos comunidades históricas, que separan ya definitivamente al Partido Popular o a los socialistas de los nacionalistas vascos y catalanes. En Cataluña y Euskadi es necesario el giro a la razón. 3. La crisis Me preocupa que ninguno de los políticos de Maastricht, cuya máxima aspiración política ha sido pasar a la historia, haya previsto si el sistema en general tendría capacidad de resistencia para soportar las ideas y los plazos que contiene el Tratado de Unidad Europea en medio de una profunda crisis económica motivada, entre otras razones, por la mundialización de la economía que lleva aparejada el nomadismo, o la deslocalización de la industria que busca el sol de los costes más bajos. Quizá ninguno de estos políticos se preguntó la sencilla cuestión de que mientras durase esta transición económica: 1) ¿Dónde iba a trabajar la gente? 2) Si la gente no puede trabajar en ningún sitio, o solo hay trabajo para unos pocos ¿el sistema aguantará?. Una breve descripción que diagnostique las características de la depresión económica podría ser la siguiente: altos tipos de interés, salarios elevados; tipos de cambio irreales; intensa presión fiscal, excesivo endeudamiento del Estado, las empresas y los particulares; reducción lógica de los márgenes comerciales al trabajar en un entorno de economía abierta; falta de capacidad exportadora por razones macroeconómicas, de mentalidad, de desconocimiento, o por las características de los productos de la economía española. La estructura de capital de la empresa española es débil e inadecuada para épocas de crisis y la demanda contaminada impagados, y debilitada por la crisis. La rigidez de los factores que conforman una cuenta de explotación, ha hecho que el ajuste en las empresas se produzca en la partida de gastos de personal como salvavidas de su superviviencia. El desmoronamiento del tejido industrial y consiguientemente el de los servicios que lo complementan se concreta en un fortísimo aumento del paro de consecuencias políticas evidentes. Así, el mismo Gobierno que había apostado por el modelo de economía especulativa, el del Juego del Monopoly que financiaba el déficit público, derivado del sostenimiento de su modelo político durante once años, mediante tipos de interés altos que facilitaba la llegada de dinero caliente, es ahora sustituido, en giro de ciento ochenta grados, por medidas de fomento de la economía real en un intento de reconstruir la red empresarial española. Además, los compromisos adquiridos por González en torno al Proceso de Unidad Europea y el establecimiento de un marco de convergencia con el resto de los países europeos, imposibilita la huida hacia delante manteniendo la misma política económica. Hemos visto cómo se han tomado medidas como la bajada de los tipos de interés, insuficientemente repercutida a los que pueden movilizar el consumo y la inversión, es decir, particulares y empresarios; devaluaciones, en parte competitivas, de nuestra moneda, potenciando el futuro de nuestras empresas que pasa por las exportaciones; una incompleta reforma laboral que no reduce el coste del despido, y que, sin embargo, es capaz de acarrear injusticias a través de los contratos de aprendizaje, que pueden ser utilizados, más que para la formación de jóvenes sin estudios y de difícil acceso al mundo del trabajo, como suministro legal de carne fresca dispuesta para el relevo de buenos y fieles trabajadores, pero con salarios que no admiten comparación. Desde el punto de vista competitivo, España es un país atrapado en medio, afortunadamente como prueba del desarrollo de país. No hay salarios vietnamitas, pero tampoco son razonables, son excesivamente altos; y, por otro lado, ni el desarrollo tecnológico ni el grado de formación de nuestros trabajadores y profesionales es adecuado. Un cierto repliegue hacia la moderación salarial, y aumento del gasto vía subvenciones en I+D, unido a una optimización de la formación esa sí que es un arma cargada de futuro, contribuiría a situar a nuestro país en una mejor posición. El componente psicológico de las crisis, debe ser además utilizado, para reflexionar sobre los hábitos y herencias de los años 80 y sustituir el consumo, luego existo por el ahorro, luego puedo seguir existiendo. Asimismo conviene precisar, que en el inicio de la recuperación no habrá ni creación de empleo, ni inversiones significativas, porque lo primero que harán las empresas es reducir su fortísimo endeudamiento. A corto plazo una continuada bajada de tipos de interés, si la banca la repercute en toda su extensión a los particulares, podría reactivar los sectores que son más proclives al dinero barato como la construcción, la vivienda y el automóvil, y consiguientemente sus sectores auxiliares. La potenciación del acceso de los ciudadanos a la vivienda será en cualquier caso una propuesta esencial en el programa político de cualquier partido, no sólo por motivos ideológicos acceso a la propiedad, sino porque es un factor determinante en la necesaria reanimación económica. Esta política necesita, primero actuar sobre el coste del suelo para su abaratamiento; y luego sobre su financiación. Además, la liberalización de renta familiar que se produciría al reducir ésta su presupuesto, vía disminución de su hipoteca o de su alquiler, sería muy importante para la reactivación del consumo o incluso de la inversión. Por último y sin querer entrar a fondo, señalar el muy importante problema a resolver de la Seguridad Social, pensiones y sanidad, cuya reforma es necesaria para reducir el gasto social. No se pretende actuar sobre los derechos adquiridos de los ciudadanos que han cumplido con los requisitos legales que se les exigían, cosa que debería ser un compromiso de todos los partidos políticos como producto de una determinada concepción del país. Pero el respetar los derechos adquiridos de los ya jubilados no impide afrontar la reforma de un sistema imposible de financiar. Todos los políticos lo saben, pero como se considera impopular su reforma, se deja como está. Garantizar a las nuevas generaciones el derecho a una pensión viable económicamente, es competencia de todos los partidos políticos y de todas las instituciones democráticas. Partiendo de lo fácil que es, desde la demagogia, el oponerse a una reforma de este tipo, se debería procurar un consenso político que permitiera desarrollar una normativa en este terreno, evitando el colapso del sistema, y abriendo la posibilidad de incorporar a la iniciativa privada a la resolución de estos problemas. 4. Reforma de las instituciones democráticas Se trata de reinventar las instituciones para que sigan siendo representativas y eficaces, y que por lo tanto continúen teniendo el reconocimiento y la confianza de los ciudadanos. Como se dice en términos empresariales: los políticos deben hacer una reflexión base 0 para ajustar las instituciones, y que los ciudadanos se vuelvan a identificar con ellas. Pasar del partidismo de estos once años al neutralismo de las instituciones es difícil, sobre todo para un partido que no tiene excesivas convicciones. Por eso están congeladas algunas instituciones democráticas, opción que los socialistas prefieren antes que ceder poder. Las instituciones democráticas como la justicia, por ejemplo, deben ser agentes de la transformación del Estado. Partiendo de que la solución a los problemas, que se derivan del agotamiento de las instituciones viciadas por la manipulación, está en la democracia, se debería hacer un esfuerzo para dotarnos de instituciones prestigiosas y representativas. Aunque ni expresa ni formalmente, se debería abrir una etapa de modificación de la Constitución. Los representantes del pueblo deberían tener la mentalidad de que en España, después de las próximas elecciones, habría que abrir un período reconstituyente. Reconstituyente en el doble sentido de suministrar un complejo vitamínico a un cuerpo institucional debilitado y, también, en el de reconstruir las hibernadas instituciones retomando su contenido fundacional. Este período reconstituyente, debe coincidir con la tercera apertura del país, es decir, la que signifique la salida del poder de los socialistas, y la llegada a él mismo de la alternativa política actual. Esta tercera apertura, sucedería a la primera de UCD (elecciones democráticas y Constitución) y a la segunda del PSOE (legitimación plena del sistema político por la victoria socialista, y su mantenimiento durante 12 años). En fin, estas son algunas de las cuestiones que afectan a un país que parece estar tumbado en la lona, sin quererse levantar, oreja en tierra, escuchando hipnotizado el paso del tiempo. •