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La formación de los reinos hispánicos

Antonio Sánchez-Gijón

Reseña del libro "La formación de los reinos hispánicos" de José Luis Villacañas Berlanga.

File: LA formación de los reinos hispáncos.pdf

Referencia

Antonio Sánchez-Gijón, “La formación de los reinos hispánicos,” accessed April 26, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2932.

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Title

La formación de los reinos hispánicos

Subject

Libros e historia

Description

Reseña del libro "La formación de los reinos hispánicos" de José Luis Villacañas Berlanga.

Creator

Antonio Sánchez-Gijón

Source

Nueva Revista 110 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

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moción apocalíptica de la pérdida de España (Beato de Liébana, mito de Santiago), por el inflexible liderazgo espiritual de Roma y por la influencia de las instituciones del Imperio y de los otros reinos de Europa. El producto final de esas conexiones lo mide Villacañas según la capacidad de las distintas poblaciones y territorios para alcanzar un cierto nivel de «etnoformación». «Estos lentos hechos se conocen con el nombre de procesos de etnoformación, y quieren narrar la configuración de grupos humanos con caracteres comuLA FORMACIÓN nes y con arquetipos culturales, sociales y DE LOS REINOS HISPÁNICOS políticos operativos, capaces de identificar JOSÉ LUIS VILLACAÑAS BERLANGA un nosotros y un ellos diferenciado y excluEspasa Calpe, Madrid, 2006 yente, con sus esquemas de mando y obe781 páginas diencia y sus valores de identidad». Este concepto se hace evidente cuando se observa que el espacio peninsular estuvo na obra mayor y «prólogo» de una ocupado repetida y largamente por pueobra aún mayor. Este libro del cateUblos de frontera, en el sentido de limes drático de Filosofía Moral y Política de la entre civilizaciones dispares (hispanoromaUniversidad de Murcia José Luis Villacañas na y visigoda, visigoda y bizantina, hispana es el primero de cinco tomos dedicados a y mora, etc.), y en el más restringido de hacer «un relato unitario y coherente de rayas móviles entre reinos: «Una tierra las prácticas y las ideas de legitimación del de frontera continua». Ello produjo una poder político en España». inestabilidad intrínseca en el proceso de El primer volumen está dedicado a una formación de los reinos, con diferencias Hispania que un día fue romana y que se esenciales entre sus estructuras instituciovio transformada por la ocupación visigonales y sociales. Así, Villacañas nos hace da y la invasión árabe, y que desde entonobservar la endémica debilidad del reino visices retornaba, consciente o inconscientegodo; la desvertebración política inherente mente, al seno de la civilización europea al tipo de civilización árabe; la desviación por el impulso de las necesidades matemozárabe respecto del catolicismo romariales y morales de los españoles, por la conno; la expansión del poder astur, leonés y El autor adscribe esta modalidad de lealtad o fidelidad a la cultura política castecastellano bajo la espada, y la emergencia llana, mientras que a la catalanaaragode una sociedad autocentrada según usos nesa atribuye la modalidad contractual o y costumbres civiles en Cataluña y en Arade postura. Costumbre de España es nogón. En fin, cesarismo militar en los reinos feudalismo; la corona de Aragón es acuoccidentales y feudalismo contractual en sadamente feudalista, luego ésta descolos reinos nororientales de la Península. noce la costumbre de España. Esto, en Bajo las incitaciones de Roma a la crurealidad, no es enteramente así; la coszada («la Reconquista no es una empresa tumbre de España entra en la corona de protonacional, sino una empresa cristiaAragón en el siglo XIII y se enraiza en el na», dice Villacañas) y la recepción de XIV (ver Ramón dAbadal), como instrumodelos institucionales europeos fue posimento útil del rey para hacer frente a las ble ir superando las tendencias al fraccioguerras civiles que la asolan. La costumnamiento: el reino de Castilla trató de subbre de España es para los reyes castellasumir institucionalmente la idea imperial, nos un arma frente a las tendencias señoel de Aragón se orientó hacia modelos rializantes de los grandes nobles; no otro monárquicos de raigambre franca. Dentro es el sentido del capítulo XVIII de la Partide España los reinos actúan unos sobre da II, aparte, por supuesto, de constituir otros siguiendo el patrón del equilibrio de un instrumento jurídico para la guerra conpoderes, como si fueran difícilmente fusiotra los moros. nables, todo lo cual determina la «etnoformación frágil» que caracterizaría la hisVillacañas conduce sus diferentes líneas toria futura de España. de análisis a resaltar una alternativa reducida, prácticamente, a dos prototipos de Es preciso poner de relieve otros elesociedad: la castellana y la catalanoaramentos de análisis utilizados por el autor. gonesa. Esto, naturalmente, no es un desUno de ellos es la geopolítica. Villacañas cubrimiento del autor; pero su mérito téccuida mucho la conexión necesaria entre nico consiste en que lo hace mediante una los factores políticos y militares con los abrumadora aportación de elementos de hechos geográficos, tanto del gran espajuicio, basados en el universo mental de la cio como del microterritorio, desde la apreépoca tal como se refleja en los documenciación de la seguridad de España como tos jurídicos y literarios, representativos del condicionada por el devenir del norte de modo en que cada uno de esos dos «casi África y las presiones ultrapirenaicas, hasta hemisferios» hispánicos evolucionó social, la acción territorialmente configuradora de política y culturalmente. De este modo, la los castillos y de las campañas militares. historia «événementielle» sirve de soporte También seguimos con Villacañas el a un estadio ulterior de la historiografía: estudio de las relaciones señoriales o feuése en que, a la manera kantiana, como dales, a la luz de la «costumbre de España». recomienda el autor, los pueblos conocen la historia de su espíritu al escribirla. El autor cierra este tomo de su gran obra encarnando en dos personajes históricos la virtualidad de la «etnoformación». Se trata de Jaime I y de Alfonso X. Subraya el autor la eficacia del primero en lograr una sociedad etnohistóricamente formada, y la incompetencia del segundo en el logro del mismo fin. Dentro de la corona catalanaaragonesa, Cataluña no quiso ser reino, pero los reyes castellanos eran o querían ser emperadores. En la pri¿ALMA DE ESPAÑA? mera late la predisposición al compromiANTONIO MORALES MOYA so entre reyes, nobles y ciudades, y en los Y MARIANO ESTEBAN DE VEGA segundos alienta el espíritu de dominación, propio de la tradición política malikista de Marcial Pons, Madrid, 2005 340 páginas los árabes. Subyacente a la impronta general de este primer tomo de la obra se percibe su l papel que ha desempeñado España en clara inclinación intelectual a favor del la historia de Europa y, a su vez, CastiEmodelo de evolución histórica catalanolla dentro de España, ha suscitado numearagonesa, o más precisamente catalana. rosas y encendidas polémicas en las que Sin discutir la razonabilidad de esta orienhan tomado parte no sólo historiadores y tación, sólo queda expresar ansiedad por cronistas sino también intelectuales, filóconocer la continuación de esta apasiosofos y escritores, sin que falten, cómo no, nante historia de la etnoformación de los pensadores políticos. La cuestión permareinos españoles (y la del pueblo español nece viva y no sólo en el ámbito doctrinal como distinta de las de aquéllos), cuyos o teórico, sino que también están presenprogresos fueron haciéndose patentes con tes en ciertos planteamientos de sectores el transcurrir de los siglos, pero cuyas duranacionalistas, dispuestos a interpretar el deras líneas de fragilidad están implícitas pasado en función de sus aspiraciones preen esta historia magna de José Luis Villasentes y futuras. cañas. ANTONIO SÁNCHEZGIJÓN El análisis mesurado y sereno de la realidad histórica, es, tal vez, la mejor forma de acercarse al descubrimiento de la verdad. Este ha sido el criterio seguido por los coordinadores del presente volumen,