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El aprendizaje y la cultura son las únicas potencias para los pobres

Jesús Masqueda

Entrevista con Mohamed Chikri, escritor e intelectual marroquí, autor de El pan desnudo, Tiempo de errores y Rostros, amores, maldiciones.

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Jesús Masqueda, “El aprendizaje y la cultura son las únicas potencias para los pobres,” accessed April 20, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2851.

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El aprendizaje y la cultura son las únicas potencias para los pobres

Subject

Conversaciones

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Entrevista con Mohamed Chikri, escritor e intelectual marroquí, autor de El pan desnudo, Tiempo de errores y Rostros, amores, maldiciones.

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Jesús Masqueda

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Nueva Revista 084 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

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Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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contra España, sus instituciones, sus políticos y su opinión pública por parte Je los medios marroquíes, en su inmensa mayoría controlados por el régimen. Salieron entonces al exterior todas las frustraciones, mitos, malentendidos, reivindicaciones y prejuicios contra el vecino del norte. Idéntica reacción se produjo en los medios de comunicación españoles algunos de los cuales (radios y televisiones) se captan fácilmente en la zona norte de Marruecos, país donde los hispanohablantes son numerosos aunque no tengan la relevancia política y administrativa de los francófonos: una realidad que desgraciadamente la cooperación española no ha sido capaz de variar pese a que el reino cherifiano es el país al que se dedican más fondos, recursos y esfuerzos tanto en el terreno cultural, como en el técnico y social. Todo indica que la retirada del embajador marroquí en Madrid tuvo relación con el problema del Sahara occidental y la postura española con «El aprendizaje y la cultura son las únicas potencias para los pobres» Entrevista con Mohamed Chukri (1935), escritor e intelectual marroquí, autor de E¡ |xm desnuíio, Tiempo de emires y Rostros, amores, maldiciones. por Jesús Maqueda ¿Cuál es la situación actual de la literatura marroquí? Antes de la independencia (1956) no podíamos escribir, ya que eran pocos los marroquíes que superaban la enseñanza primaria. Esa partir de los sesenta cuando se empieza a hacer una literatura moderna, pero persiste un mal endémico. En Marruecos, tenemos buenos poemas y buenas novelas, pero respecto al proceso de autodeterminación del territorio, pendiente desde 1975. Tanto el ministro de Exteriores marroquí, Mohamed Benaissa, como ei viceministro —el muy influyente Taieb FassiFihri— lo reconocieron implícitamente en La Cámara de Representantes {Parlamento), añadiendo al memorial de agravios «la falra de respeto de la prensa española hacia la institución monárquica» (sic) y, por supuesto, la «colonización» de Ceuta y Melilla. EL INCIDENTE DE PEREJIL El monarca marroquí, seguramente aconsejado por el hebreo sefardí André Azzulay, uno de sus consejeros más influyentes, y por ia «guardia de hierro» que lo rodea —formada principalmente por antiguos compañeros de estudios en el Colegio Real de Rabat—, decidió en julio pasado echarle un pulso a España ocupando el islote de Perejil cuyostatu quo —ni España ni Marruecos tenían allí fuerzas o instalaciones— se había no tenemos grandes poetas ni grandes novelistas. El escritor occidental, por el contrario, tiene una acumulación de varios siglos cuando empieza a escribir, y eso se nota. La última literatura árabe que mereció la pena se hizo en España, pero esa etapa tenninó cuando Boabdil abandonó Granada, exactamente con la frase tan teatral que la tradición atribuye a su madre: «No llores como mujer lo que no supiste ganar como hombre». Han sido, por tanto, más de cinco siglos de hibernación. ¿Cuáles son, en su opinión, los autores marroquíes más destacados? Me interesan especialmente Mohamed Khair Ibn, ya fallecido, y E! Jatimi. También Tahar Ben J dio un, que es el más conocido, incluso fuera de Marruecos, pero también el más criticado. Tiene buen estilo, pero sus textos son discutibles. El Tercer Mundo quiere temas comprometidos, que reflejen con fidelidad los problemas en que están inmersos. Al lector árabe le gustan mantenido regularmente desde hacía años sin reclamaciones ni incidentes destacarles. Pronto se vio que los gendarmes marroquíes destacados en aquel promontorio habían desembarcado para quedarse. El Gobierno marroquí dio a entender entonces que la ocupación simbólica del islote era el primer capítulo de un proyecto reivindicativo más ambicioso que afectaba a las ciudades de Ceuta y Melilla, así como a los llamados «peñones» (Vélez de la Gomera, Alhucemas y las islas Chafarinas). El Gobierno español decidió responder a la provocación utilizando los medios a su alcance y una patrulla de la Legión ocupó el islote en apenas unos minutos, al tiempo que detenía y posteriormente entregaba a los gendarmes marroquíes allí instalados. El rifirrafe diplomático posterior serviría para improvisar una comedia de enredos. La «mediación» del secretario de Estado norteamericano, Collin Powel, para evitar que «dos países amigos y aliados» se enzarzaran en un conflicto de consecuencias imprevisibles, así como el desgraciado especialmente las autobiografías, porque piensa que en ellas va a encontrar la historia de su tiempo, aquella que no ha sido escrita todavía en los manuales. La historia del pueblo la escriben los literatos, por eso, en casi todas las novelas hay algo de autobiográfico. En el mundo árabe no hay más de cuatro ó cinco autobiografías que merezcan la pena, pero están escritas en un estilo muy burgués. Sus autores se tomaron muy en serio aquello de que la meta del arte es embellecer lo feo. ¿Cómo puede haber tanta poesía en la descripción de las situaciones tan dramáticas que aparecen en su obra? El arabista japonés que tradujo a su lengua E f>an desnudí. quiso conocer los escenarios donde transcurre la novela, y al visitar la alberca en que se baña desnuda Assía, mientras yo la contemplo encaramado a una higuera, se llevó una gran decepción. El entorno no le pareció tan bello como se describe en viaje de la bisoña ministra de Exteriores, Ana Palacio, a Rahat {la forma como fue recibida y el tono de sus anfitriones rozaron la descortería y la provocación), fueron objeto de las más acerbas y comprensibles críticas por parte de analistas domésticos y externos. De golpe los españoles descubrieron que en los momentos de crisis la diplomacia era incapaz de resolver o evacuar por medios propios los problemas de cierta dificultad y necesitaba la ayuda del «amigo americano» para entenderse con los vecinos. Mientras, todas las encuestas demostraban sobradamente el apoyo sin fisuras que la opinión pública española otorgaba a la operación militar de desalojo. La imagen de una ministra humillada y del protector americano autosatisfecho por evitar que los dos países más «seguros» para la estrategia global de imperio en el Mediterráneo occidental se enfrentaran por un promontorio sin valor estratégico o económico alguno, no resultaba precisamente ejemplar. el libro. El escritor debe llevar la realidad sobre la que escribe bacía una sublimación. En Diario de un ladrón, por citar un autor y un libro que admiro, Jean Genet escribe sobre la basura humana con un estilo poetizado. La escritura no es un reportaje, no deben contarse las cosas tal y como se han vivido. Absorbemos una realidad cotidiana y debemos transformarla. Esta es la misión de los poetas. Y también de los profetas. ¿Le inspiran especialmente la miseria, el dolor y el sufrimiento humanos? Sin duda. Conozco también la vida burguesa. He visitado pequeños palacios de amigos saudíes y marroquíes, pero pienso que es una vida muy aburrida la que se desarrolla en ellos. Me siento mejor cuando estoy con las clases populares, aunque éstas tienen también sus defectos. Piensan que estoy comercializando sus vidas. Unos me insultan; otros, por el contrario, me besan. Todos creen que gano mucho dinero. En los barrios «morunos» de MALENTENDIDOS Y CONTENCIOSOS El régimen marroquí creyó en un primer momento que podría utilizarei incidente de Perejil para deteriorar la imagen internacional de España, convertida por arte de birlibirloque en potencia neocolonial agresiva e intransigente. Sólo en el caso de Francia y su recién elegido presidente Jacques Chirac esta solidaridad funcionó y la resolución de la UE cerrando filas con España fue torpedeada por el ministro de Exteriores galo, un gesto que probablemente José María Aznar y sus colaboradores tardarán algún tiempo en olvidar. Ni siquiera la Liga Árabe, que sugirió a España la retirada de sus fuerzas del islote, mantuvo una actitud tan hostil como Chirac disfrazado de protector del joven rey marroquí. La prensa británica —Y especialmente el diario Financial TÍJTIÜS— aprovechó la oportunidad para sacarse la espina de la muy avanzada negociación sobre Gibraltar. Argelia, en cambio, fue el único país árabe y magrebí que apoyó la ocupación del islote, algo que probablemente tampoco olvidará el régimen Tánger estoy poco menos que proscrito. Si voy al Zoco Chico tengo que dar importantes propinas a las personas que he conocido, pero yo no puedo salvara toda la gente que quiero. Es cierto que ahora vivo mejor que muchos de ellos, como también lo es que algunos editores me han robado. De éstos, sólo puedo decir que son hijos de sapos y ranas, auténticos vampiros, Paul Bowles jamás me enseñó los cheques que le daban por traducir mis obras al inglés, para mí sólo tenía propinas. Y era mi amigo. ¿Se valora en Marruecos la opinión de los intelectuales tanto como en Europa? En una y otra parte están en cabeza la economía y la política. La cultura literaria ocupa un lugar secundario, además, sufre cambios importantes en breves períodos de tiempo. No se puede negar, sin embargo, su influencia. Cuando el gran Dostoyevski escribió La casa de los muertos, donde describe marroquí aunque en modo alguno le sorprenda, dado el deterioro de las relaciones bilaterales. Tras el incidente de Perejil la diplomacia española tenía confianza en que las elecciones legislativas en Marruecos facilitasen la mejora de las relaciones. Pero horas antes de celebrarse los comicios el todavía ministro de Exteriores lanzó un jarro de agua fría sobre el rostro inocente de su homologa española al suspender su anunciada visita a Madrid, cuya preparación había sido ardua. Las elecciones marroquíes se celebraron stn incidentes aunque con una modesta participación. Sirvieron al menos para demostrar algo que muchos suponían: la progresiva importancia del voto islamista moderado (el radical no pudo presentar candidatos) y la leve caída del voto de izquierdas y nacionalista. El rey Mohamed VI hizo mangas y capirotes de los resultados y decidió nombrar primer ministro a un empresario y político próximo al Palacio y la penosa situación en que vivían los presos en las prisiones de Sibéria, se dice que al zar se le cayeron las lágrimas, y ordenó algunas mejoras en el sistema penitenciario. ¿Por quién doblan los campanas? también influyó en las guerrillas, Pero en cualquier caso, los cambios que introduce la literatura no son inmediatos. Además, si la literatura se politiza, pierde su jugo. Su pape! debe limitarse a señalar dónde está el mal, la injusticia, ¿A quién cree que hacen más caso ¡05 marroquíes, a los ulemas o 3 los intelectuales? En general, pienso que a los intelectuales. Los que se mantienen más apegados a las tradiciones hacen más caso a los ulemas, pero las nuevas generaciones se fían más de los intelectuales no islamistas, porque tienen un programa para ta evolución social del que aquellos carecen. Los islamistas no dicen jamás el porqué. Ocurre con ellos lo mismo que con la literatura politizada, al majzén (establecimiento), llamado Driss Yettu, con la nada oculta intención de relanzar la economía y reconstruir el muy deteriorado tejido sociaL A la espera de que el monarca decida nombrar un nuevo ministro de Exteriores —si es que no mantiene al actual—, la necesaria recomposición de las deterioradas relaciones con España deberá esperar. De todos modos nada indica que estas relaciones vayan a experimentar una mejorar ostensible, dado que tanto el actual titular de la cartera —Benaissa— como su sucesor tienen un campo de juego muy limitado y será el rey y sus «privados» quienes marquen el camino. La ministra de Exteriores respondió recientemente a quienes le preguntaban sobre qué hacer para recuperar estas relaciones algo, por lo demás, evidente: «Hay que esperar». En la espera la diplomacia española tal vez debería reflexionar sobre los errores •—algunos de bulto— y las carencias más llamativas en estas relaciones que siguen siendo prioritarias. que no perdura. Jamás volvería a leer una obra de Hia Ehrenburg, por citar un caso, ni Eí talón de ferro, de jack London. Esta literatura muere con la época en que se escribió. Acepto la tolerancia en religión y política, pero rechazo la violencia que propugnan los integristas. ¿Goza Chukri en su país del mismo reconocimiento que fuera de él? Pienso que sí, porque se han vendido en Marruecos más de cuarenta mil ejemplares de E¡ pan desnudo. Y el resto de mis libros, que no son tan populares todavía, van por el mismo camino. Aun así, tengo enemigos fanáticos que quizá no descansen hasta terminar conmigo. En 1989, Mohamed Chukri fue amenazado de muerte por el régimen de Jomeini; y en la década siguiente, sus libros se prohibieron en Egipto. Mientras hace estos comentarios, muestra al entrevistador una navaja de dimensiones considerables, que saca de uno de sus bolsillos. Curiosamente, en la UNA COOPERACIÓN PARAUZADA La verdad es que ta cooperación hispanomarroquí está paralizada. La inversión española cayo en el 2001 un 77% con relación al año anterior y la caída se ha mantenido este año. Sólo el 0,02% del capital español dirigido al exterior se encaminó a Marruecos y el turismo español disminuyó nada menos que un 60% el verano pasado. Si a eso añadimos que Marruecos parece haber renunciado a participar en la comisión mixta encargada de aplicar el Convenio de empleo suscrito en julio de 2001 (que preveía un «cupo» o contingente de trabajadores marroquíes superior a 20.000} y que en contrapartida la emigración ilegal desde las costas marroquíes hacia las costas andaluzas y canarias no cesa de aumentar, se comprenderá que el problema, además de agudo sólo puede resolverse con una cooperación intensa entre los dos países a la que deberá integrarse la UE, como parece ser la tendencia en los últimos meses. empuñadura de nácar está grabada la bandera americana. «Si me atacan, no pienso hacer solo el viaje hasta el paraíso», sentencia. ¿Qué le impulsó a salir de la miseria donde vivió instalado tanto tiempo? El aprendizaje, la cultura. Son la única potencia para los pobres, aunque vivan en la miseria. En Marruecos hay muchos licenciados en paro. Yo estoy contra la desesperación que esa situación pueda causarles. El hombre estudia para cultivarse, por si acaso algún día encuentra trabajo. No se debe estudiar para conseguir un oficio, sino para tener valores humanos. En 1956, cuando tenía veinte años, yo vendía tabaco, kif. Y me tocó elegir: ser un contrabandista o estudiar magisterio en Larache para enseñar a tos marginados. Hasta ese momento, yo era un analfabeto que firmaba con el pulgar. Gracias a mis primeras lecturas empecé a entender los símbolos del mundo. Ahora, si estoy en un buen restaurante, no me privo En realidad, todos los contenciosos antiguos entre España y Marruecos (emigración ilegal, narcotráfico, Sahara, revindicaciones territoriales, etc.) están abiertos y para nada sirve, como en el pasado inmediato, ocultar la gravedad del daño causado a las relaciones por la querella iniciada con la retirada del embajador en Madrid hace más de un año. La recuperación de esta relación será larga y exigirá dosis suplementarias de flexibilidad, tolerancia y conocimiento mutuo. Si aígo ha quedado claro durante estos meses fue que tanto por parte marroquí como española las clases políticas respectivas sufrían un déficit preocupante tanto en la existencia de Inbfcies, comunicación y contactos entre las dos sociedades civiles como en conocimientos. Sólo así se explica que las percepciones mutuas se hayan degradado hasta límites intolerables y que las redes de intereses en la sociedad civil hayan sido de nada que me apetezca, ni me avergüenzo por comer en él. No he firmado un conrraro con la miseria. ¿Qué opina del estado actual de las relaciones EspañaMarruecos? Es una pregunta politizada. La política, para los políticos. Y la religión, para los teólogos. Yo soy un hombre de letras. En la mayoría de los casos, la política es un juego sucio. He conocido personalmente a Felipe González y a José María Aznar, pero no he hablado con ellos de política, sino de un porvenir cultural entre los dos países. No existe odio entre España y Marruecos, sólo malentendidos. Y añadiré una cosa más. El simple hecho de que se levantara la prohibición sobre mi obra y la de otros autores marroquíes, debería llevar a la reflexión a los países de la Europa comunitaria. La evolución política y social de mi país es indudable. La marcha es lenta todavía y largo el camino, con obstáculos importantes, pero todo se andará. sustituidas por funcionarios y políticos, por muy competentes y laboriosos que sean unos y otros. EMPEZAR DE NUEVO La delicada situación que atraviesan las relaciones entre España y Marruecos deberían servir para promover un replanteamiento del papel que la diplomacia española quiere jugar en el Magreb. La tentación de sustituir una amistad antigua y, pese a todo, profunda por otra aparentemente más fácil {me refiero naturalmente a Argelia) debería ser prontamente superada. España no puede ser rehén —lo fue ya en pasado— de la batalla por la hegemonía que se desarrolla entre las dos grandes potencias del Magreb, pero tampoco debería sacrificar sus intereses en el altar de un equilibrio mal entendido. La clave está en «inventar» un nuevo proyecto que compatibiiice amistades y utilidades. ALBEKTO MIGUEZ ¿Y de la amistad, en general? Bueno, eso forma parte también del capítulo de valores que se están perdiendo. La amistad de ayer no es la amistad de hoy. La de hoy, como otras muchas cosas, está muy materializada. No perdura, no es sólida. Algunos amigos me han defraudado. Hace años tuve un accidente y vino a visitarme un amigo. Era domingo. Le pedí que fuera a comprarme medio litro de leche y ya no volvió. Fue muy doloroso para mí. No pasó lo mismo con Mohamed Sebagh, poeta simbolista que orientó algunas de sus lecturas cuando empezó a estudiar en Larache. Tampoco con Mojtar El Hadad, el joven ciego, ya muerto, al que homenajeó en Tiempo de errores: «Era mucho más inteligente que yo. Siempre he creído que los minusválidos suplen sus deficiencias con más sabiduría». JESÚS MAQUEDA