Nueva Revista 081 > Notas para una aproximación a la cultura hina

Notas para una aproximación a la cultura hina

María Socorro Tabuenca

El autor hace referencia al pueblo chicano como comunidad que ha vivido una constante resistencia cultural bajo un sistema de colonia, dentro de un país más desarrollado.

File: Notas para una aproximacion a la cultura china.pdf

Referencia

María Socorro Tabuenca, “Notas para una aproximación a la cultura hina,” accessed April 18, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2811.

Dublin Core

Title

Notas para una aproximación a la cultura hina

Subject

México Allende sus fronteras

Description

El autor hace referencia al pueblo chicano como comunidad que ha vivido una constante resistencia cultural bajo un sistema de colonia, dentro de un país más desarrollado.

Creator

María Socorro Tabuenca

Source

Nueva Revista 081 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

Document Item Type Metadata

Text

MÉXICO ALLENDE SUS FRONTERAS Notas para una aproximación a la cultura chicana por MARÍA SOCORRO TABUENCA T T ablar del pueblo chicano es referirse a una comunidad que ha vivíI do una constante resistencia cultural bajo un sistema de colonia, dentro del país más desarrollado y poderoso del mundo actual. De hecho, el propio término chicano, según Tino Villanueva, tenía, a principios del siglo XX y hasta la década de los cincuenta, un significado peyorativo que hacía referencia al mexicano de «clase inferior», entendiendo por el mismo un ciudadano estadounidense de ascendencia mexicana, fuese oriundo de los Estados Unidos o ciudadano ya naturalizado. Sin embargo, a mediados de los 60, chicano surge para designar una ideología de solidaridad y fue adoptado por quienes experimentaban un naciente orgullo de su etnicidad mexicana, a la vez que reconocían que su residencia en los Estados Unidos los distinguía de los ciudadanos que viven en México. Al margen de que el grupo étnico en su totalidad no se sienta satisfecho con el término que lo define, la comunidad chicana incluye a todos los ciudadanos de ascendencia mexicana residentes en los Estados Unidos, monolingües en inglés o español, o bilingües, con variadas ideologías políticas y religiosas y, aunque hoy los chícanos se encuentran en todas las posiciones sociales, pertenecían predominantemente a la «clase trabajadora». En México, el chicano es percibido todavía bajo el lente del estereotipo nacionalista que los concibió como «los vende patrias», «pochos», desarraigados, faltos de lenguaje y de identidad nacional. En su ignorancia, la sociedad mexicana, en general, ha preferido aceptar la visión anterior, legitimándola esta vez con percepciones subjetivas, principalmente la relativa a la falta de habilidad de los chicanos para comunicarse en español. No acaban de comprender que la comunidad chicana, durante más de ciento cincuenta años de vivir como colonia dentro del país más poderoso del mundo, no sólo ha preservado el idio ma español y las costumbres mexicanas, sino que en ese afán de aferrarse a su herencia intelectual, ha logrado encontrar una expresión cultural única y una voz propia. ORIGEN DE «LO CHICANO» El pueblo chicano aparece al mismo tiempo que la demarcación de la frontera actual entre México y Estados Unidos. La firma del Tratado de GuadalupeHidalgo, en 1848, y del de la Mesilla, en 1856, legitiman la pérdida de más de la mitad del territorio mexicano junto con bienes y gente. Ante ese acontecimiento, la población hispanomexicana que vivía en el territorio perdido (hoy en día el suroeste de los Estados Unidos) podía escoger entre quedarse y aceptar la soberanía estadounidense o mudarse al sur de la recién creada frontera. El nuevo país les aseguraba todos los derechos de ciudadanos de Estados Unidos, según los principios de la Constitución, a aquéllos que decidieran quedarse. Sin embargo, la mayoría de los compromisos expuestos en el Tratado fue violada o suprimida. No pasó mucho tiempo hasta que la comunidad mexicana fuera víctima de prejuicios raciales, étnicos, de clase y género, que desataron una serie de hechos violentos de la que aún quedan secuelas. Para los angloamericanos, los mexicanos eran seres «inferiores» debido a su color y, específicamente, a la mezcla de indígena y español. Este estereotipo se deriva de las características descritas por viajeros, historiadores, escritores y científicos de los siglos XVIII y XIX, y se basa en la Leyenda Negra de la conquista de México y en la presunción de que la «mezcla de sangre» era una violación a las leyes de la Naturaleza. Con esta mentalidad, los norteamericanos se negaban a aceptar que los greasers (grasientos), como los llamaron despectivamente, fueran dueños de tantas tierras y riquezas, ya que desde su punto de vista de «seres superiores», los mexicanos no eran dignos de tanta posesión. Fue así como mediante métodos lícitos e ilícitos los chícanos fueron perdiendo paulatinamente, ante los anglos, las propiedades que habían pertenecido por generaciones a sus familias, en virtud de que no podían probar «legalmente» su posesión. En otras ocasiones, los impuestos eran tan altos que les era prácticamente imposible pagar las cantidades exigidas. En una relación de colonizadorcolonizado en todo el suroeste, mujeres y hombres chícanos fueron relegados a desempeñar las labores más bajas, peligrosas y poco satisfactorias. De este modo, a finales del siglo XIX, los chícanos encontraron devastada su economía, su estructura política y social y su sentido de identidad. Los chícanos optaron por varias vías de subsistencia en ese nuevo sistema que tenían delante y que los convertía, de cualquier forma, en ciudadanos de segunda clase. Una fue la resistencia legal o ilegal, ya fuera en grupo o individualmente. Otra alternativa fue la integración o asimilación total a la cultura anglosajona olvidándose de su identidad mexicana. Y una más fue la de adaptarse, en lo posible, a la cultura dominante, pero manteniendo las tradiciones, el lenguaje y la identidad propias. Durante el primer siglo de colonización, y con el progresivo flujo de mujeres y hombres mexicanos a los Estados Unidos debido a las migraciones en pequeña y gran escala, las políticas económicas, jurídicas, educativas, sociales, laborales y culturales de los norteamericanos se idearon para mantener sometida a la comunidad chicana. Podemos ver varios ejemplos en prácticas salariales y laborales discriminatorias, ya que había salarios y jornadas de trabajo distintos para chícanos y para anglos: éstos trabajaban menos, ganaban más y tenían puestos superiores. Lo anterior era una práctica generalizada en todo tipo de empleos, ya fueran minas, ferrocarriles, campos de labranza, fábricas de alimentos, de tabaco, textiles, lavanderías, tiendas de departamentos o servicios de todo tipo. En los años de la depresión hubo despidos periódicos de mexicanos para asegurar que los anglos mantuvieran el trabajo. De igual forma se dieron en esa época las deportaciones masivas, tanto de chícanos nacidos en Estados Unidos como de quienes se encontraban legalmente en el país. A principios del siglo XX se aprobaron reglamentaciones discriminatorias que utilizaron el idioma como medio. Estas prohibían el trabajo a quien fuera «sordo, mudo o que no pudiera hablar inglés». Esta medida fue incluso retomada durante la década de los ochenta con la famosa propuesta de ley English Only en varios Estados de la Unión. De hecho, la lengua ha sido empleada como un arma poderosa dentro del proceso de asimilación y como elemento cultural y marca de identidad. Desde la década de los veinte, las escuelas estadounidenses implementaron la fase de integración, dentro de la cual se incluían los programas de «americanización», que desplazaron el español a un estatus secundario y estigmatizaron su uso. Hubo quienes, inmersos en el proceso, se cambiaron de nombre, americanizaron su apellido y empezaron a interiorizar el desprecio por los otros mexicanos y por sí mismos. Otros, por el contrario, utilizaron la cultura mexicana y el idioma español para distinguirse de aquéllos que dejaban de ser chícanos, para convertirse en MexicanAmerican. De hecho, el término chicano puede rastrearse hasta 1911 y se utilizaba como un autoapelativo por un determinado ingroup que se resistía a aceptar las normas culturales norteamericanas. Hasta la década de los sesenta la comunidad chicanamexicana se vio tenazmente acosada por políticas segregacionistas. Sin embargo, su supervivencia física, cultural, social y lingüística se debió, en gran parte, a las respuestas culturales y de organización. Estas respuestas son, en la práctica, la utilización de redes familiares para apoyar las distintas huelgas o protestas masivas; la creación de organizaciones sindicales, mutualistas, de beneficencia, civiles y religiosas, y la exaltación de figuras legendarias o héroes solitarios como el Zorro, Joaquín Murrieta, Juan N. Cortina, Gregorio Cortez y Elfego Baca. Dentro del contexto del racismo, todas estas luchas desde el siglo XIX hasta finales de la década de los sesenta sirvieron como base para que surgiera, de manera decisiva, el Movimiento Chicano. EL GRAN MOVIMIENTO Los turbulentos años sesenta produjeron diversos movimientos y manifestaciones a nivel nacional e internacional. En Estados Unidos, numerosos grupos de estudiantes de distintas razas, trabajadores y gente joven se organizaron para rebelarse contra FICTICIO las estructuras del poder del país. Protestaban en contra de Vietnam, Por Lucha Corpi de la pobreza, de la educación defiPara contar las cosas como son ciente, del desempleo, del sexismo y hay que habitar entre ellas del racismo, entre otras cosas. Se detenerse desencadenó así un proceso de escuchar cada íntima declaración represión que convirtió en víctimas después a numerosos contestatarios. El cerrar los ojos y proponerse Movimiento por los Derechos Civiun encuentro serio con los sueños les se dirigía principalmente a los Mas para contarte a ti problemas de las minorías étnicas y debo acercarme lentamente de los grupos que carecían de dereesconderme entre tus uñas cuando trabajas chos civiles. Los chícanos empezaen tu sexo cuando amas ron a participar cada vez más en él y en tu boca cuando arremetes a protestar por los distintos métodos contra los sindicatos del silencio de explotación económica y contra Así el racismo. El «activismo chicano» descubrirte trecho a trecho surgió como un reto a los supuestos en mi propia piel políticos y actuó como conciencia en el agua y en mi sed étnica en amplios sectores de la en la sal y en tu pan comunidad mexicana. y en ese estrecho entre vigilia y sueño El Movimiento Chicano, la en donde la imaginación yace Reconquista o el Renacimiento, a antes de nacer diferencia de las protestas aisladas a Entonces lo largo del siglo, se convierte en un en la intimidad aceptar movimiento revolucionario en que siempre habrá en ti múltiples regiones de los Estados como los hay en mí Unidos, que luchaba por obtener el continentes insospechados respeto por los derechos civiles y la jardines flotantes afirmación del orgullo cultural chicampos yermos huertas con nuevos sembradíos cano. Se adoptó el término chicano por los que solamente tú caminas como símbolo de autodefinición, y como un reto a las clasificaciones oficialistas de Washington DC, tales como LatinAmericans, MexicanAmericans o SpanishAmericans. Los principales líderes fueron César Chávez y Dolores Huerta, de United Farm Workers de California; Reies López Tijerina, de la Alianza Internacional de las Mercedes de Nuevo México; Rodolfo «Corky» Gonzales, de la nacionalista Crusade for justice de Colorado; y José Ángel Gutiérrez, del partido La Raza Unida, de Texas. El Movimiento incluyó una gama muy amplia de ideologías políticas y religiosas y gente de todas las edades, y abarcó un gran espectro de cuestiones y estrategias en sus años de lucha. Los chícanos se enfrentaron a las diversas instituciones con manifestaciones, boicots, huelgas, ocupaciones pacíficas y lucha en las calles. Una las manifestaciones más grandes y afortunadas del Movimiento Chicano fue la lucha de los trabajadores agrícolas. Sin embargo, para muchos académicos chícanos, el grupo que vino a dar cohesión a las protestas laborales tanto del campo como de las ciudades fue el grupo de estudiantes universitarios y preparatorianos. Los activistas estudiantiles se reunieron para exigir que en las escuelas cambiaran las políticas educativas. Para las escuelas primarias se exigió la educación bilingüe y bicultural ya que, hasta entonces, los alumnos que no hablaban inglés eran separados del aula y enviados a estudiar con los alumnos que tenían alguna deficiencia mental. A nivel superior, las peticiones incluían una política de reclutamiento para estudiantes chícanos, becas y programas de apoyo financiero —ya existentes para los afroamericanos—, contratación de profesorado y personal de apoyo chicano, cambio en los planes de estudios, la inclusión de cursos sobre la experiencia chicana, programas de investigación, publicaciones y centros de acción social y cultural y, finalmente, la creación de programas o departamentos de estudios chícanos. No cabe duda de que uno de los logros más grandes del Movimiento Chicano se obtuvo en el campo de las artes. Las primeras expresiones tanto literarias como pictóricas estuvieron íntimamente ligadas con el movimiento. En 1967 varios profesores chícanos de Berkeley fundaron Quinto Sol Publications e iniciaron el primer periódico de literatura chicana, El Grito, en el que se publicaron ensayos sociológicos y obras creativas. Durante este periodo, la mayoría de los poemas y obras de teatro era de carácter político. En poesía, se expresa la lamentación y la cólera ante el racismo anglosajón; hay una recuperación por la tradición popular, la mitología y la historia mexicanas; se pone énfasis en la familia chicana y en la imagen del pachuco como precursor de la conciencia cultural chicana. Se tiende a recuperar la herencia mexicana que se supone perdida frente a la posible asimilación al mundo norteamericano. Se recurre al espacio mítico de Aztlán —el suroeste de los Estados Unidos—, de donde se presume surgieron las tribus indígenas mexicanas. Hay un sentimiento de diáspora y una necesidad de encontrar una identidad que dé cohesión a la Raza. Se prefiere el estilo oral en la escritura, aunque también hay un cuidado por la técnica —que llegó a considerarse «agringada »—. Se recurre al cambio de código lingüístico como táctica de resistencia y autoafirmación, y como recurso para crear formas estéticas novedosas. La lengua hablada y, en particular, la poética, se adecúa a lo vivido y a lo sentido para capturar y acentuar el ambiente verídico de la escena, y para vivificar y revivificar la verdadera sensación de ese singular y poético momento. De esta forma, la escritura se convierte en un proceso elaborado, complejo, pues los poetas juegan con el léxico, las cadencias, los ritmos, lo datos sensoriales y los matices en los dos idiomas. Entre los poetas encontramos nombres como el de Alurista, Abelardo Delgado, José Montoya, Ricardo Sánchez, Lucha Corpi, Denisse Chávez, Rodolfo Gonzales, Tino Villanueva, Lorna Dee Cervantes, Berenica Zamora, Margarita CotaCárdenas, Gary Soto y Orlando Ramírez, entre otros. En teatro se recuperó la tradición de la carpa y, en 1965, Luis Valdez funda el Teatro Campesino como grupo de apoyo a las luchas sindicales de los trabajadores agrícolas (UFW). El Teatro Campesino montaba representaciones de carácter político y servía para concienciar a las comunidades. Los personajes son estereotipos o arquetipos tomados de las situaciones vividas: campesinos, patrones, capataces, estudiantes, indocumentados, obreros, etc. Tal vez la obra más conocida y exitosa de Valdez sea Zootsuit, que después fue llevada al cine. Además del Teatro Campesino, de las comunidades surgieron muchas otras compañías que se dedicaron a representar temas de interés para la comunidad, como el TOMS LOVESONG Teatro de la Esperanza. Por Margarita CotaCárdenas La narrativa es menos didáctica No llegó nunca mi caballero andante y el sentimiento de diáspora no está ni aquella dulcísima grande ilusión, tan presente como en la poesía; no. aunque en la mayoría de las novelas Mi amor y de las colecciones de cuentos, el éste reservado fiel fiel y derecho chicano se presenta como extranjepues es como Sweetn Low ro dentro de la sociedad estadouniParece muy blanco artificial dense. Hay una preocupación por la but you wouldnt do without it, pérdida de la tradición oral y una y te lo echas desconfianza por los registros escriwhen you want it tos ya que, generalmente, éstos sólo real sweet. cuentan una parte «de la historia». Sencillamente somos En general se habla de un suceso como la sacarina presente o del pasado inmediato. dos paquetitos nothing muy fancy Como expresión nueva, habrá cierpero exactamente medidos el uno para el otro. ta tendencia a la autobiografía, a Hes my cup of tea, manera de novela de aprendizaje. y cómo me gusta Cuando se trata el tema de la famiasí té dulce con un poco de limón. lia, generalmente se presentará dentro del contexto de la explotación, presión social, problemas intrafamiliares o con las diferentes instituciones (policía, escuela, patrulla fronteriza, etc.). Episodios tanto de la Revolución Mexicana o de la Segunda Guerra Mundial, la de Corea o Vietnam también estarán presentes en sus páginas. En el caso de los escritores y escritoras más jóvenes hay un rechazo del machismo tradicional y del patriarcado. Se rescatan las voces de la niñez, de los campesinos, de los obreros, de la gente del barrio y se escuchan también las de los agentes de la patrulla fronteriza, los soldados, policías o capataces. Habrá escritores que usarán únicamente el español en su narrativa, otros, el inglés y habrá quienes también empleen frases, palabras o expresiones en el otro idioma como recurso estilístico. Entre la narrativa más destacada encontramos Peregrinos de Aztlán, de Miguel Méndez; Bless me Ultima (Bendíceme última), de Rodulfo Anaya; No se lo tragó la tierra, de Tomás Rivera; The Autobiography ofa Broiun Buffalo (Autobiografía de búfalo café), de Óscar Z. Acosta; Pocho, de José Villarreal; The Road to Tamazunchale, de Ron Arias; Korean Love Songs (Canciones de amor coreanas), de Rolando Hinojosa; Aurelia, de Ricardo Aguilar Melantzón; Memories ofthe Álhambra (Memorias de la Alhambra), de Nash Candelaria y Rain ofScorpions, de Estela Portillo de Trambley. En pintura existe una preferencia inequívoca por el mural y el cartel y, aunque hubo trabajos individuales, predominaba el concepto de trabajo en grupo. Una de las principales funciones del artista chicano, como en la poesía y en el teatro, era transmitir a la comunidad las distintas demandas del movimiento. Como no se tenía ni control ni acceso a los medios de comunicación, los muros de los barrios, de edificios y de autopistas constituyeron casi siempre los espacios inmediatos para que la comunidad pudiera verse y oírse por sí misma. Los chícanos toman como referentes a David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco. En sus obras encontramos imágenes precolombinas, banderas, calaveras, iconos religiosos indígenas y cristianos, principalmente Jesucristo y la Virgen de Guadalupe; se recurre también a personajes revolucionarios, como el Ché Guevara, César Chávez, Frida Kahlo, Sor Juana, Emiliano Zapata, Dolores Huerta, Cuauhtémoc, etc.; y a símbolos populares subvertidos, como el logotipo de la CocaCola y la réplica de un billete de un dólar; incluirán el graffitti, las pinturas en los automóviles low riders, en las chaquetas de cuero y en el cuerpo —los tatuajes—. El arte del cartel es otro medio de comunicación muy empleado, ya que su producción en serie y su tamaño lo hacen idóneo para realizar su propósito: informar sobre un evento o acontecimiento en una fecha y lugar determinados. No obstante, el cartel llegaría a trascender en el tiempo, pues es considerado como «arte fino». Los carteles encuentran su influencia en los artistas gráficos mexicanos como José Guadalupe Posada, el Taller de Gráfica Popular, los carteles del movimiento de México 68 y los de la Cuba Revolucionaria, principalmente los de René Maderos. En ellos encontramos también elementos de carteles psicodélicos norteamericanos y de otras expresiones contraculturales. Entre un número considerable de artistas y de colectivos que se dieron a la tarea de crear y difundir la plástica chicana encontramos a Malaquías Montoya, Rupert García, Frank Romero, Gilbert Luján, John Valadés, Carlos Almaraz, David Avalos, Yolanda López, Judy Baca, Patricia Rodríguez, Irene Pérez, Graciela Carrillo, Carolina Flores, la Galería Sin Fronteras, el Centro Mexicano de Arte, la Galería Goez, los Artistas Latinoamericanos y el Frente MexicanoNorteamericano para la Libración del Arte. Por su carácter de arte público y político y por utilizar la mezcla de cultura popular, el arte chicano ha sido considerado de «poca calidad artística» por parte de la crítica tradicional. La misma suerte ha corrido la literatura de esta época por su carácter didáctico y de denuncia, por no hablar del cambio de código lingüístico, la oralidad en la escritura, o el folklore, a los que recurren. Al parecer, la crítica no acababa de entender que se hallaba frente a un pueblo que, como parte de su resistencia, empezaba a crear su tradición artística y, así, a encontrar su voz y sus medios de expresión. EL PRESENTE Enlos últimos treinta años han sido muchos los logros de la comunidad chicana. Se han mejorado los programas de salud y vivienda, aunque aún existen grandes deficiencias, especialmente en las zonas suburbanas y rurales. La participación política de los chícanos se ha incrementado con los programas de registro de votantes y, de hecho, la representación chicana en puestos de elección popular es una realidad a nivel local, regional y nacional, a pesar de que todavía no hay un número suficientemente significativo de representantes políticos, en relación al número de la población. En el ámbito educativo se ha conseguido poner en marcha programas de educación bilingüe en las escuelas que, si bien tienden a ser programas de asimilación, al menos los niños y jóvenes acceden al grado que les corresponde mientras aprenden inglés. En muchas universidades no sólo del sudoeste, sino también del este y el mediooeste norteamericano, se han creado departamentos, centros y programas de Estudios Chícanos, que ofrecen cursos de Ciencias Sociales y Humanidades sobre la experiencia chicana; hay varias universidades que organizan incluso programas doctorales en Estudios Chicanos. De igual forma, se han creado programas de becas y de ayuda financiera tanto para estudiantes como para profesores que deseen desarrollar alguna investigación en este área. Se han establecido también becas y convenios institucionales entre universidades norteamericanas y europeas, a fin de estudiar la experiencia chicana. Hasta la fecha ha habido varios congresos de literatura y cultura chicanas en México, España, Austria, Holanda, Francia, Bélgica y Alemania. La literatura es tal vez la que ha conocido mayor difusión tanto en la actividad creativa como en la crítica. Escritoras y escritores chicanos han visto sus obras publicadas en diversos idiomas. La década de los THE CEMETRY (Prose poem) Por Uno Villanueva In their symmetry, the dead cant help but call attention to themselves. Lets face it: thats their lot in life they were born to look severe. Creatures of habit that they are, theyve gotten used to staying on. You might say theyve become our neighbors, the type who never bother us; who never come over to borrow anything, nor ask us for a ride to downtown. When it comes to weather, the dead love it when its neither hot nor cold; hence, what they favor most is spring. And because our landscape is their sky, they consider the grass and at once rejoice to see it grow —the network of roots of the spread— out lawn for them are nothing less than constellations they fixedly watch. In winter, theyre satisfied to drink the water from pure snow, gulp by gulp, as it comes down. In fact, Bury us kneedeep in snow, and we shall not thirst, is one adage they live by. In summer, on the other hand, the heat takes the dead down into the tropics a state of being they regard a deviation from the norm. Once there, however, they make the best of noventa fue muy favorable para las mujeres en producción y recepción. Además de los ya mencionados, en crítica y creación literaria encontramos, entre otros, a Sandra Cisneros, Ana Castillo, John Reichy, Richard Rodríguez, Norma Cantú, Helena María Viramontes, Juan BruceNovoa, Francisco Lomelí, Luis Leal, María HerreraSobek, Norma Alarcón, Luis L. Rodríguez, Alicia Gaspar de Alba, Debra Castillo, Francisco X. Alarcón, Gloria Anzaldúa, Antonio Burciaga, Luis Antonio Urrea y Cheríe Moraga. En teatro se siguen produciendo pequeñas obras de carácter educativo, pero hay también una tendencia hacia el teatro profesional y comercial y hacia las obras individuales a manera de performance. La música ha tenido gran éxito, no sólo con artistas de la talla de Carlos Santana o Selena, sino con la famosa música de banda TexMex y la Quebradita. it by taking in the sounds and different colors all around. And although the buzzing of bees puts them in mind of deep slumber, when birds sing, the dead think theyre hearing angels from heavenabove, which makes it all worthwhile. Whatever the season, dont try to explain anything to the dead —they dont listen— theyve been through so much they turn a deaf ear on small talk. One thing is clear: the dead are dependable, and when we walk among them they expect to be greeted like anyone else. When friends come by, the dead prefer someone else to speak first, making it a point to listen carefully, for its not in their nature to interrupt. Dress every single one of them in robes, and together they resemble a choir waiting for the choirmaster to call out the next song. Indeed, the dead carry a tune in their heads —the tune of silence, loud...— so loud at times it gives us pause when we come calling. El cine ha procurado deshacerse de los estereotipos tanto de Hollywood como de México y ha comenzado a contar sus propias historias. Entre los largometrajes destacan la mencionada ZootSuit, La balada de Gregorio Cortés, Raíces de sangre, La vida loca y Luminarias. En este rubro cabe mencionar la gran producción de cine documental. Perdidos (1990), The Miners (Los mineros, 1990), Miles from the Border (A millas de la frontera, 1987), Barrio Muráis (Murales del barrio, 1983), La onda chicana (1981) y Una mujer (1984), son sólo algunas de las producciones más destacadas. Las artes plásticas han podido romper con las restricciones institucionales y la dificultad de llegar a exhibirse en museos prestigiosos y en galerías y museos locales. Hasta la fecha, la obra de escultores y pintores chícanos ha estado expuesta en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, en el Museo de Arte Hispánico Contemporáneo de la misma ciudad, en prestigiosas galerías de Manhattan, en el Mexican Fine Arts Museum de Chicago, en el Museo de Arte Contemporáneo de la Ciudad de México y en el Museo de Arte Moderno de México. Incluso el Corcoran Musem de Washington y el Museo de Houston han auspiciado la exposición itinerante CARA (Chicanoa Artists Resistance and Affirmation) por los Estados Unidos, México y Canadá, en la que se exhiben obras de cerca de doscientos artistas. Sin embargo, aún persisten problemas económicos crónicos que se derivan de toda una historia de subordinación y de tendencias racistas que resurgieron a partir de los ochenta. En esa década, se dio una reacción en contra de acciones legislativas de los derechos civiles; se crearon propuestas que menoscababan la acción afirmativa en las universidades, orientadas hacia la oficialización del inglés como idioma único (English Only), o hacia la pérdida de la ciudadanía estadounidense en el caso de que los padres fueran indocumentados. Asimismo se establecieron programas de control de las fronteras frente al flujo migratorio indocumentado y, extraoficialmente, los rancheros de California y Arizona se dedicaron a «cazar», literalmente, a todo aquél que cruzara por su territorio. EL FUTURO El futuro presenta grandes retos para la comunidad chicana. Por desgracia, como el movimiento ha tenido serias limitaciones, nunca hubo una ideología dominante que diera cohesión a la variedad de participantes. Hay numerosos chícanos por ejemplo que, con base en un prejuicio de clase o en los estereotipos que equiparan a los chícanos con los pandilleros (cholos), nunca se aceptaron como tales. Las generaciones más jóvenes ignoran incluso que hubo un gran movimiento y que gracias a él hoy tienen acceso a la educación, la salud y a las fuentes de empleo. Es verdad que en nuestros días se ha dado un resurgimiento de la mística chicana, no existe un proyecto dentro de la agenda nacional que abarque las necesidades de la comunidad en su conjunto y, como ésta se presenta fragmentada, pero no existe un poder político lo suficientemente fuerte capaz de ponerse al frente de ella. De tal forma que, para afrontar los retos del futuro, es necesario encontrar estrategias de cohesión que logren una fuerte estructura, de modo que un proyecto que contemple la satisfacción de las necesidades de la comunidad a nivel nacional. MARÍA SOCORRO TABUENCA BIBLIOGRAFÍA ESENCIAL BruceNovoa, Juan: «La literatura chicana: visión panorámica», en David R. Maciel (comp.), El México olvidado. La historia del pueblo chicano, vol. II, Universidad Autónoma de Ciudad JuárezUniversity de Texas en El Paso, Ciudad Juárez (Chih.), 1996, pp. 473509. García, Rupert: «Arte mural del movimiento chicano», en David R. Maciel (comp.), ídem, 1996, pp. 463472. GómezQuiñones, Juan: «La lucha política», en David R. Maciel (comp.), La otra cara de México, Ediciones El Caballito, México 1977, pp. 278316. Gorodezky, Sylvia M: Arte chicano como cultura de protesta, Centro de Investigaciones sobre Estados Unidos de América, Universidad Nacioal Autónoma de México, México 1993. HerreraSobek, María: Introduction to Reconstructing a Chicanoa Literary Heritage: Hispanic Colonial Literature of the Southwest, University of Arizona Press, Tucson, 1993. Maciel, David R.: «Los chícanos: su lucha contemporánea, 19651982»,enDavidR. Maciel (comp.), ídem, 1996, pp. 295349. VélezIbáñez, Carlos G.: Visiones de frontera. Las culturas mexicanas delsuroeste de los Estados Unidos, Grupo Editorial Miguel Ángel PorrúaCentro de Investigaciones Sociales y Estudios Superiores en Antropología Social, México 1999. Weber, David J.: Foreigners in Their Native Land, University of New Mexico Press, Alburquerque,1973.