Nueva Revista 013 > Rafael Montesinos, poeta de verso claro

Rafael Montesinos, poeta de verso claro

Fernando Ortíz

Nos hace referencia al escritor Rafael Montesinos, a sus poemas y a sus prosas poéticas.

File: Rafael Montesinos, poeta de verso claro.pdf

Referencia

Fernando Ortíz, “Rafael Montesinos, poeta de verso claro,” accessed March 29, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2104.

Dublin Core

Title

Rafael Montesinos, poeta de verso claro

Subject

Artes y Letras

Description

Nos hace referencia al escritor Rafael Montesinos, a sus poemas y a sus prosas poéticas.

Creator

Fernando Ortíz

Source

Nueva Revista 013 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

Document Item Type Metadata

Text

RAFAEL MONTESINOS, POETA DE VERSO CLARO Por Fernando Ortiz Unos poemas que se resuelven — ¿Cuál crees que tu sido ta IEMPRE ha aparentado en aires populares andaluces, aportación a la lírica de posgueeste andaluz de 1920 bascanciones, romancillos... Aquí rra? Stantes años menos de los hay demasiados grandes poetas — Que la canción sea menos que tiene, como si se hubiese algunos imponentes y casi monsliidica. más entrañable. Sin tanhecho en el trasmundo un pacto truosos. Y no está de más que tas macetitas de geranios ni rebenéfico con el «huésped de las alguien, en breves y aladas palajas verdes como en el modernisnieblas», que así se Mamó a sí bras, nos condense con la clarimo. («Con menos Manuel Mamismo su maestro Gustavo dad misteriosa del agua limpia chado dentro y. paradójicamenAdolfo Bécquer. Los ojos de del arroyo un poquitín de la herte, con más Andalucía», escriMontesinos son claros, la perilla mosa dulzura de la vida y unas bió el crítico Enrique Molina y barba muy negra, aunque ya gotas de su acíbar y pesadumCampos.) Cantando lo que me platea, y su presencia da una imbre. pasa («que muy bien puede papresión de pulcritud sin atildasar al que por mi lado pasa»). miento. Uno duda si nació o no — A pesar de que vives en Quedarme con las menos palacon su etema pipa Dunhill en la Madrid desde el 41, Sevilla sigue bras posibles. Lo dije una vez: mano. Es un guasón muy serio, siendo un tema central en tu poe«La poesía se me hace cada vez y su sorna, tan de sevillano fino, sía. algo así como el paraíso permás difícil de puro sencilla. dido... nunca excede los límites de la Siempre tuve presente el endecortesía, aunque le baste para — Yo he escrito que siempre casílabo de Lope: «Oscuro el dejar «tenebrosamente claras» viví dentro de mis recuerdos y borrador y el verso claro». Yo, cosas que aparentan ser evidenen una Sevilla que existe sólo en en el Madrid de la posguerra, tes. Con los años, cada vez le mi memoria... Y esto es una entre unas y otras escuelas, hasveo más sonriente. ¿Será que se verdad parcial. Porque Sevilla, ta que di conmigo, iba «al aire tan fría en algunos aspectos, de ríe ya hasta de su propia sompronto se planta ante mí y me de mi vuelo». Las ventajas que bra? abraza. Me asusta la Sevilla que tiene la poesía eterna es que se niega durante 27 años a recocualquier lector culto sabe de ger los restos de Gustavo Adoldónde viene esta referencia. Y fo Bécquer, que es la misma el que no lo sabe, también se La grandeza de que. en su indiferencia, permite entera de lo que digo. un poeta menor que Femando Villalón esté aho— Pero, ¿por qué la canción? ra mismo en la fosa común de la — Mi canción nace a finales Almudena. ¿Pasará lo mismo Rafael Montesinos ha escrito de 1943, cuando cae en mis macon los restos de Manuel Magraves poemas de tono elegiado nos la célebre antología de la chado? Yo no suelo recordar y prosas poéticas en nuestra mepoesía medieval española, selecversos míos, pues lo escrito quejor tradición lírica. Es, también, cionada en 1935 por Dámaso da olvidado. Pero algunas veces uno de los mejores conocedores Alonso para la editorial Signo. me vienen a la memoria éstos: e investigadores de la vida y Poco a poco, aquel libro fue «Dura ciudad que engañas con obra de Bécquer, y sobre ello ha convirtiéndose en mi biblia poéperfil numinosoj sólo to gran escrito un libro singular donde tica; aquellas canciones —anónibelleza te disculpa». la intuición, la amenidad y el hamas o no— iban dejando su llazgo de documentos inéditos ¿En quién no influyen los pricompás y su decir, ganándome de verdadera importancia se dan meros veinte años? Esos años casi sin notarlo. Junto a esa inla mano como quien no quiere los viví en Sevilla, y esa edad fluencia. lenta pero implacable, la cosa. me la llevé conmigo al trastiela herencia andaluza de mis prirro. Y con ella no el recuerdo, Pero quizá Montesinos pase a meros veinte años y el eco lejasino la presencia de Sevilla, de la historia de la poesía de este no del gramófono de mi madre mi infancia y de parte del amor. medio siglo por sus poemas más en aquel patio sevillano de mi Aunque a veces me enfrío y breves («miñor poet» no tiene infancia. quiero evitarla, Sevilla siempre en inglés el sentido despectivo ¿Que mi canción es de forma me busca las vueltas. de su traducción castellana). alegre y fondo triste? Es lógico. Yo entonces sólo sabía de Bécquer que había sido muy desgraciado y que andaba rodeado de golondrinas. Pero a Bécquer lo tenía literalmente a ta vuelta de la esquina. Quiero decir que allí vivía doña Julia Senabrc Bécquer, sobrina nieta de Gustavo. Y me hice con los espléndidos dibujos Inéditos del poeta y otros recuerdos familiares que me facilitó doña Julia. Pronto descubrí que para investigar sobre el hombre Gustavo Adolfo Bécquer y poner en orden su corazón, en principio cosa dificilísima, había que empezar por leer su obra muy atentamente. La investigación literaria tiene mucho que ver con Sherlock Holmes. A poco, cayeron en mis manos: el álbum inédito de Los contrastes; el álbum de Josefina Espín con la rima XVII, autógrafa, en su primera versión; el dibujo inédito de José Domínguez Bécquer. padre del poeta, que reproduce ese lugar sevillano de La Barqueta. que Gustavo cita en Desde mi celda; el buscadísimo borrador de «Dios mío. qué solos se quedan los muertos...». De Bécquer se habían dicho cosas increíbles, como lo de Nombela, quien aseguraba nunca haberle visto sonreír. En el fondo, sus contemporáneos, salvo Ferrán. no creían en la poesía de Bécquer y lo arroparon en una vida triste y desgraciada. La verdad es que fue un periodista prestigioso, director de La Ilustración de Madrid y otros periódicos. Murió en uno de los barrios más elegantes de Madrid, el de Salamanca. Creo haber contribuido ai Soy de donde soy. Hay que ser Rafael Montesinos los 15 años escribí una rima — acercamiento a un Bécquer más andaluz desde la superficialidad yo estaba entonces muy enamoreal En cierto modo, eché abade la alegría hasla lo más hondo rado—. Más larde tomé de Bécjo a un Bécquer apócrifo, que de ese mismo llanto. Pago, quer lo extemo, lo menos suyo. nunca escribió la rima A Elisa, pues, con mi propia moneda, Después, en una entrevista, dije así como otras obras que se le una deuda antigua: «De los álaalgo que espero que Gustavo me atribuyeron. Mi libro sobre Bécmos vengo, madre, de los álahaya perdonado: «Tengo de quer recibió algunos premios y mos de Sevilla». Bccqucr eso que queda cuando distinciones. Pero me gratificó, se olvidan sus rimas». — Bécqucr en tu poesía. sobre todo, por lo que me supu— Habíame de tu libro sobre — Algo digo de eso en mi liso de contacto directo con el Bécquer bro Los años irreparables. La gran público. • — Fue el encargo de un gran primera vez que oí recitar a editor y un extraordinario amigo Bécquer tenia 7 años y lo busFemando Ortá es poeta, ensayista y irque ya no existe: Ramón Juliá. qué en la biblioteca paterna. A tkubsu