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Lamartine nuestro contemporáneo

José Manuel Cuenca Toribio

Nos habla de la figura y obra de Lamartine que conservan alguna actualidad y vigencia, en su bicentenario.

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Referencia

José Manuel Cuenca Toribio, “Lamartine nuestro contemporáneo,” accessed March 29, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2036.

Dublin Core

Title

Lamartine nuestro contemporáneo

Subject

Artes y Letras

Description

Nos habla de la figura y obra de Lamartine que conservan alguna actualidad y vigencia, en su bicentenario.

Creator

José Manuel Cuenca Toribio

Source

Nueva Revista 010 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

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como decía el fraile carmelita. creador, de tal forma es humaExperiencia, palabra, realidad, no) bajo la cruda lámpara en alserán los báculos, y también con tas madrugadas, como en la noARTE POÉTICA ellos erramos el camino cuando che oscura de los místicos o las falta vida. Todo bastante comlúgubres de los románticos. En Por Pablo García Baena plicado y ritual como para prefemi largo aprendizaje, que contirir el paseo junto al mar en una núa, no tengo ni creo en artes tarde, el callejeo de una ciudad poéticas, esas reglas áureas que Ofrecemos un breve texto que amada, la charla intrascendente. infaliblemente atraerían el don nos envía el poeta cordobés Por eso escribo sólo cuando ya inspirador como el velador espino tengo otra salida y sigo el ritista a las invocadas sombras. Pablo García Baena, premio consejo general de Vicente AleiHace tiempo dije que escribir es Príncipe de Asturias de las xandre: «Vive y escribe tu poesufrir. A ciegas, a veces, percibioco sé de mi poesía, poco Letras, asi como otro de sus sía cuando te nazca». Aun así mos una radiación, otras veces puedo aclarar sobre ese Ppoemas, expresamente me avergüenzo de lo que me panada, y hay que apoyarse en esa ser que nace casi siempre (solitaseleccionado por él para rece insuflada y cómica vanidad. sequedad, en esas «nadas». rio y rebelde hasta con su propio NUEVA REVISTA. MOLINO DE LOS CIEGOS A Rafael León Vivaldi vuela como un pájaro brillante sobre alamedas cortesanas y sin embargo los violines suenan con el recuerdo del humilde caserío abandonado junto al arroyón crecido por el invierno, Molino de los Ciegos hundido en la estrecha garganta que lleva al Majano, no lejos del profanado cementerio protestante. Desde sus laudas rotas te llega un halo verdoso de ruina y tu país es el de un grabado de novela Victoriano con el autillo siseante en la noche, el coche iluminado por el camino, los ocelos del pavón vigilando desde los olmos y el ruido del agua, las tendidas ramas flotando como flecos de una fúnebre colgadura. Por aquí pasó el caballero de la muerte llevando en sus manos el vitreo reloj de arena goteante y te quedaste solo, embalsamado por las yedras, con la doncella viendo alejarse entre los cadejos del agua ta carta sin respuesta, el agua mitigante y compasiva del tiempo. Molino de los Ciegos vivo aún en las láminas de veteados mapas húmedos, con el laurente en el trajín de tinas y de resmas, el canatillo y su red sobre la losa, las manos de papel perchadas como aves aireándose en las ramas, y el acre olor de los lenzuelos triturados. Como el ciego que guía a otros ciegos te hundiste en la sima de donde no se vuelve. Y barrió el viento épocas y culpas: apagado el fogón, por las puertas crujientes creció en unas la zarza, te cubrió como duna movediza el cobre de los bosques y los mendigos heredaron tu reino. Junto a la empalizada alza el tobo su largo aullido lancinante. Termina *La Voííe», de Vivaldi, Ilustración de Diego MoraFigueroa