Nueva Revista 069 > Lo que fué y lo que no fué Franco

Lo que fué y lo que no fué Franco

Juan María Sánchez-Prieto

Reseña de la obra de Gonzalo Redondo "Política, cultura y sociedad en la España de Franco 1939-1975".

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Juan María Sánchez-Prieto, “Lo que fué y lo que no fué Franco,” accessed April 25, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1499.

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Lo que fué y lo que no fué Franco

Subject

Panorama nacional

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Reseña de la obra de Gonzalo Redondo "Política, cultura y sociedad en la España de Franco 1939-1975".

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Juan María Sánchez-Prieto

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Nueva Revista 069 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

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Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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es

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Lo que fue y lo que no fue Franco JUAN MARÍA SÁNCHEZPRIETO Este primer tomo dedicado a la La historiografía del franquismo construcción del Estado español cuenta a partir de hoy con un nuevo franquista consta de dos partes: los título de referencia, la obra del profefundamentos del nuevo Estado, y el sor Gonzalo Redondo que será, sin poder personal de Franco al frente lugar a dudas, una obra de peso. Pladel mismo. En la primera se recuerneada en cuatro volúmenes, el pridan algunas visiones de la «España mero editado cuenta con más de mil nueva» alimentada desde los años páginas de gran formato y a dos anteriores a la guerra civil —las de columnas. La obra se plantea dentro Víctor Pradera, Pemartín y el Garde las vías abiertas por su investigacía Morente converso—, antes de ción anterior sobre la Historia de la pasar a analizar la ideología de FranIglesia en España (1931 1939), publico. En la segunda y principal, se cada en 1993. Con la nueva serie, se recorren y plantean de forma cronodan a conocer los primeros resultalógica los principales jalones de la dos del trabajo que Gonzalo Redonconfiguración estatal franquista: lo do viene dedicando al estudio del que Redondo denomina «el espejisfranquismo desde hace años y que ha mo de un Estado totalitario» estado acompañado de una impor(1939), la fuerza del nacionalismo tante labor de recolección de archiespañol (19391941), el autoritarisvos privados de aquel período. La mo tradicionalista (19411943), la historia del franquismo constituye democracia orgánica como solución en la actualidad una de las principanacional para España (19431945) les líneas de investigación de la Uniy la Ley de Sucesión como expreversidad de Navarra, como muestra sión de la voluntad de constitución la cuidadosa edición del libro. Si no de España en Reino (19451947). es fácil escribir ni publicar un trabajo de esas proporciones, tampoco le falRedondo acomete la cuestión tará al profesor Redondo la atención debatida de si Franco dispuso o no de de un determinado público, que un pensamiento político sobre el que leerá con detenimiento su obra. asentó su gobierno y el régimen. Resulta más fácil saber lo que nunca fue Franco, pero en todo caso el autor conviene en precisar que Franco fue un gobernante autoritario de ideología o mentalidad —tal vez mejor— tradicionalista. La influencia de los planteamientos intelectuales de Acción Española se hizo sentir no sólo en el Movimiento Nacional sino en el propio «Caudillo». Franco se entendía a sí mismo como un «caballero cristiano», un hombre POLÍTICA, CULTURA Y SOCIEDAD católico tipo siglo XVI. El nombre de EN LA ESPAÑA DE FRANCO, nacionalcatolicismo, empleado nor19391975 malmente para definir al franquisTOMO I • mo, no es más que ese tradicionalisLA CONFIGURACIÓN DEL ESTADO mo. El tradicionalismo de Franco le ESPAÑOL, NACIONAL Y CATÓLICO, llevaba a contemplarse como un 19391947 monarca absoluto, la mirada puesta Gonzalo Redondo en la Monarquía tradicional. Franco fue un rey caudillo, y el franquismo, Ediciones Universidad de Navarra una monarquía sin rey. La represión Pamplona, 1999, 1.143 páginas política y social que siguió a la guerra civil fue como una especie de reedición de la Inquisición de la España del Siglo de Oro (esta vez en manos forma muy particular Franco—, se del Estado, aunque la Iglesia españoiba a un régimen decididamente la, por lo general, se mantuvo en autoritario capaz de llevar a cabo silencio ante el hecho). una revolución «desde arriba», la Desde esta perspectiva, Redon«revolución pendiente» asumida do suaviza el carácter totalitario del por el ideario falangista que el régiEstado franquista. A la salida de la men aseguraba haber hecho suyo. guerra, y debido al culturalismo traAunque pudiera parecerlo, España dicionalista de los principales dirino fue un Estado fascista. Para el gentes del nuevo régimen —de autor, «el franquismo no pasó de ser un espejismo de Estado totalitario» España tradicional, de un Estado (pág. 119), hecho que circunscribe unitario, católico y autoritario, lo a los meses finales de 1939 (frente a que no impedirá los choques con la la opinión comúnmente admitida Iglesia: tal era la fuerza del nuevo de que los rasgos fascistoides del nacionalismo español y, al tiempo, Estado fueron predominantes hasta la acentuación de algunos radicalis1945). El autoritarismo franquista mos tradicionalistas como el del no fue de signo fascista sino tradicardenal Segura, que reclamaba una cionalista. mayor presencia del catolicismo y de la jerarquía eclesiástica en el proGonzalo Redondo relativiza pio mantenimiento del Estado catóincluso el papel histórico del franlico. Desde aquí se entiende tamquismo en el fortalecimiento del bién la renuncia final de Franco al Estado español. Franco se habría derecho de patronato en el nombralimitado simplemente a no impulsar miento de obispos. nada la escasa autonomía que había conseguido hasta el momento la Las tensiones por la orientación sociedad civil frente al aparato estaideológica del Estado católico alcantal. «Por habituamiento de siglos, a zaron también a los medios culturamuchos les pareció excelente esta les. En torno a la revista Escorial, y a actitud», afirma el autor (pág. 58). impulsos de Ridruejo y Laín, se inicia Se asiste a la consolidación del Estadesde finales de 1940 una cierta do sobre la sociedad, haciéndose «apertura» orientada a la aproximapatente el carácter «regalista» del ción (con reservas) o recuperación régimen, que merecerá la protesta (parcial) de algunas figuras como del primado de España, el cardenal Antonio Machado y Ortega y Gasset. Gomá. La denuncia que hizo de la Los falangistas «ilustrados», a imitainvasión sofocante del estatismo, y ción de José Antonio, comenzaban a de la aproximación de algunos secentablar un ambiguo diálogo con tores falangistas al nazismo pagano, Ortega. La ruptura total de Ridruejo no es sino el reverso de su apuesta con el régimen en 1942 —coincipor un Estado tradicional católico, diendo con el retroceso político de por un Estado fuerte que admitiese Falange y el comienzo de la ofensiva la «potestad indirecta de la Iglesia». de la ACN de P— fue exponente de un talante personal, que dio credibilidad Franco se empeñaría en ese proa su figura (no a Falange). pósito, en la reconstrucción de la El culturalismo católico hizo de la de la propia reconstrucción de Esparevista Cisneros, con el impulso iniña. España para los españoles. La precial de Laín y Alfredo Sánchez Bella, sión monárquica sobre Franco al térun banderín de enganche en el camimino de la Segunda Guerra Mundial no hacia la «democracia orgánica», no estaría encaminada a ningún en cuyo espacio Gonzalo Redondo cambio de régimen sino tan sólo a la sitúa las dos opciones posibles: Fransustitución del jefe del Estado, a fin co y Don Juan. Para el autor, eran de contrarrestar las presiones exteriomenos las diferencias que los puntos res de las potencias vencedoras. Al que unían a ambos personajes (descerco del régimen sucedieron los pués de que el autor opte por situar a esfuerzos por movilizar la sociedad Maritain bajo la sospecha de neomocivil. Redondo acerca y estima relatidernismo). Calvo Serer —presentavamente parecidos los proyectos para do en estos momentos como tradicioEspaña de Ángel Herrera y de Ortega nalista, franquista y amigo de Don y Gasset a su regreso del exilio (aunJuan— llegó a desempeñar en diverque éste optó preferentemente por el sas circunstancias un cierto papel de silencio y poco dirá de las cuestiones intermediario (Redondo concede españolas), al tiempo que tiene lugar demasiada importancia al episodio la aparición oficial de los movimiende la carta interceptada). Los propatos especializados de Acción Católigandistas de la ACN de P. —los católica. Las HOAC —seguidas más tarde cos por antonomasia— coincidirán por la JOAC— comenzaban a dar sus en la concepción de un Estado corpoprimeros pasos. Pero el inmovilismo rativo, sin discutir la persona de Frandel régimen daba la mejor prueba de co. Gonzalo Redondo enfatiza que el la solidez interna del sistema, que la Manifiesto de Lausana de Don Juan condena de la ONU y sus medidas en 1945 no supone una ventana sobre España en 1946 no hicieron abierta hacia las libertades democrásino reforzar potenciando el sentiticas sino otra puerta que comunica a miento nacionalista español. En ese la democracia orgánica. La democracontexto, la revista Alférez, en conticia orgánica como solución nacional nuidad con la línea marcada antes para España (mientras en Italia triunpor el primer Escorial y la revista Cisfaba la Democracia Cristiana). neros, pretendió plantear una tercera vía española entre el fascismo y el El Fuero de los Españoles (1945) liberalismo, sin dejar de reivindicar la sentó las bases políticas del régimen y obra. La ciencia se construye sobre herencia de Ortega, subraya Redonhipótesis arriesgadas, pero puede do (aunque ello no significa que los confundir cualquier intento de hacer redactores y colaboradores realmente de Franco un nuevo Cánovas —el fueran orteguianos o que Ortega se artífice de la restauración monárreconociera en ellos). quica—o un nuevo Maura —el homEl hito que pone cierre al períobre de la revolución desde arriba—, do fue la Ley de Sucesión de 1947, como viene a sugerir de algún modo investida de un claro significado: la el autor. Volcar sobre el franquismo constitución de España en Reino. el espíritu de cierto liberalismo deciPara Redondo, el Manifiesto de monónico (y aun posterior) sería Estoril, como reacción a la ley, hacía engañoso. El franquismo, lejos de patente que «la discrepancia de los recuperar la memoria del XIX, apromonárquicos con Franco era consivechó la crisis de fin de siglo para derable respecto a la persona que negar la contemporaneidad y enladebía regir los destinos españoles, zar de forma llana con los valores del pero prácticamente inexistente en Siglo de Oro. El tradicionalismo de relación a cómo estos destinos deFranco y de su régimen —tan subrabían ser regidos» (pág. 1.021). La yados por el autor, oponiéndolos al cuestión de la persona no era más fascismo— es de suyo elocuente. que una cuestión personal, no había Pero el problema es que Gonzalo diferencias ideológicas. La conseRedondo reitera tanto la etiqueta cuencia de mayor valor de los años tradicionalista, que al final acaba 193947 fue que España quedó convaciada de sentido y termina por figurada como Reino: «Una formudiluir las fronteras. La tipología elalación un tanto ambigua, aunque borada a lo largo de las páginas no es —en líneas generales— coherente del todo transparente: hace desfilar, con su trayectoria histórica» (pág. entre otros, a tradicionalistas reli20). Latía el deseo de continuar la giosos, a tradicionalistas culturales, historia de España. a tradicionalistas autoritarios y —lo Desde este punto de llegada (y que resulta un contrasentido según ante la ausencia final de conclusiolas categorías habituales— a «tradines por parte del autor), se tornan cionalistas liberales». El tradicionamás problemáticas algunas considelismo no es mas que el factor común raciones planteadas por Gonzalo que permite al autor, desde el primer Redondo en la introducción de la párrafo de la Introducción, hacer fracaso de la Segunda República no coexistir dentro del «sistema político obedeció al fracaso histórico del libederivado de la guerra civil» a tradiralismo sino a la radicalización de los cionalistas y liberales y a «tradicioextremos (anarcocomunistas y fascisnalistas secularizados o colectivistas tas), que dio al traste con el proyecto (socialistas y comunistas)» (pág. 9). de la generación de 1914 El contexto internacional, los dogmas ideolóParece latir en Gonzalo Redondo gicos y el inmovilismo de los bloques un cierto afán de presentar al frandurante la Guerra Fría jugaron a quismo dentro de la «normalidad» de favor del mantenimiento del régila evolución histórica española. El men de Franco a partir de 1947. Pero franquismo no habría sido un régirelativizar su anormal permanencia men muy distinto a otros anteriores diluyendo sus fronteras dentro de la de la historia de España y vino a reahistoria contemporánea de España nudar esa misma historia de España conduciría a una nueva deformación después de la guerra civil. Ciertamende la conciencia histórica española te —como ha puesto de relieve la hisno menos perjudicial que la que toriografía más reciente—, es urgenindujo al «mito del fracaso», que se te superar las ideas de «fracaso» o trata de superar. «anormalidad» con que se ha tendido a enfocar la contemporaneidad El franquismo dejó a España, española, como fruto en buena parte sobre todo después de la Segunda de la hipercrítica del 98, responsable Guerra Mundial, fuera del tiempo de una fuerte deformación de la europeo, de modo muy especial en el conciencia histórica española. Igualplano políticocultural. El empeño mente, es hora de desprenderse de los de vuelta a estructuras viejas de siglos mitos antifranquistas, envejecidos con ánimo de reconstruir la España después de más de medio siglo. El hiseterna dentro de la sociedad españotoriador debe acercarse a cualquier la, y en nombre de una radicalidad período sin prejuicios, y el franquiscristiana aún mayor —según expremo no debe ser una excepción. Pero, sa el propio autor—, no permite con todo, no puede obviarse que el grandes comparaciones con los regífranquismo constituye precisamente menes decimonónicos ni es fácilel principal factor de «anormalidad» mente compatible con el empleo de de la historia contemporánea espala etiqueta liberal dentro del régimen ñola y, por supuesto, del siglo XX. El franquista. El respeto del pluralismo Estas observaciones pueden ser «dentro» de los presupuestos de efecto tal vez del método empleado aquella determinada España era senpor el autor. La delimitación cronocillamente (por muy honradamente lógica —que implica una «inevitaque pudiese alguno pensar que se resble simplificación de los hechos, a la petaba el pluralismo) falta de respeto búsqueda de los que se entienden al pluralismo y ausencia de pluraliscomo decisivos: empresa, por tanto, mo. Es evidente, no obstante, que el altamente discutible», sostiene paso del tiempo fue haciendo evoluRedondo (pág. 20)— y la posterior cionar a diversas personalidades reconstrucción exhaustiva de esos hacia sensibilidades más liberales y hechos seleccionados pegada a la que, años después, algunos políticos cronología. De ese modo es difícil educados en los patios interiores del atender a la totalidad de la problefranquismo facilitarían la transición mática, de una problemática que política a la democracia, una vez que evoluciona históricamente, y no se las propias transformaciones socioedepuran suficientemente los mateconómicas del tardofranquismo senriales y el discurso. taron en gran medida las bases de esa Transición (con la que se reanuda Estamos, en cualquier caso, ante propiamente la historia contemporáuna obra monumental y erudita nea de España). Fue la distancia procuya importancia hace necesario gresiva dentro del franquismo entre esperar a su conclusión para poder el sistema político, esencialmente realizar una apreciación global. Los inmutable, y el proceso de modernitomos siguientes están dedicados: el zación socioeconómica desarrollado segundo al período 19471956, el durante los años sesenta (en consotercero a los años 19561965 y el nancia con las pautas europeas), lo cuarto a 19651975. Indudableque rompió en dos al franquismo y mente, ya desde este momento hay acabó con el régimen. El franquismo que agradecer la generosidad inteno es una «evolución natural» de la lectual y el esfuerzo puesto por Gonhistoria contemporánea de España, zalo Redondo en la empresa. El que, en el fondo, entonces, tampoco agradecimiento no provendrá únise distinguiría esencialmente de la camente de los historiadores. actual democracia. JUAN MARÍA SÁNCHEZPRIETO