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Daniel Bell. Las contradicciones culturales del capitalismo

Juan Manuel Gil de Celma

Sobre la vida y la obra de Daniel Bell, forma parte de un reducido grupo de autores a quienes el calificativo de sociólogo se les queda corto. Su obra se caracteriza por ser multidisciplinar, ha tratado la economía, la cultura, la religión, política, artes, etc.

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Juan Manuel Gil de Celma, “Daniel Bell. Las contradicciones culturales del capitalismo,” accessed March 28, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1319.

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Daniel Bell. Las contradicciones culturales del capitalismo

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Testas Laureadas

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Sobre la vida y la obra de Daniel Bell, forma parte de un reducido grupo de autores a quienes el calificativo de sociólogo se les queda corto. Su obra se caracteriza por ser multidisciplinar, ha tratado la economía, la cultura, la religión, política, artes, etc.

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Juan Manuel Gil de Celma

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Nueva Revista 062 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

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Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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Proponemos una sección de recensiones. Su única originalidad reside en que los libros que se comentan son producciones canónicas del espíritu, los «cien libros más influyentes desde la guerra», según reza la lista elaborada por el The Times Literary Supplement en 1995. No incurriremos en la banalidad de proclamar los mil defectos de una tamaña lista, porque los damos por supuestos. Todos los libros participan, no obstante, de una condición común: son obras especializadas que redundan y desbordan el ámbito de lo académico y alcanzan un nombre y una influencia en todo público culto. La memoria del hombre retiene solo una centena de títulos, que advienen clásicos; simplemente es interesante saber por qué un título acaba entrando en el reducido espacio del recuerdo humano. Daniel Bell Las contradicciones culturales del capitalismo Daniel Bell The Cultural Contradictions of Capitalism, Basic Books, New York, 1976 y 1996 Las contradicciones culturales del capitalismo, Alianza Editorial, Madrid, 1977 JUAN MANUEL GIL CELMA siguientes obras: Work and its DisconANIEL BELL nació en los Estados tens (1956), donde comenzó a estaUnidos en 1919. Ha enseñado Dblecer sus tesis del agotamiento de la en las universidades de Chicago y moral del trabajo; El fin de la ideología Columbia, y actualmente es miem(1960), en el que desarrollaba la idea bro de la American Academy ofArts de. la desaparición de la ideología en and Sciences. Los principales hitos de las sociedades capitalistas avanzasu producción intelectual —además das; El advenimiento de la sociedad del libro que nos ocupa— son sus posindustrial (1973), obra fundaciorigor estrictamente científico de sus nal en la que se sientan las principales trabajos, tan propensos a deslizarse líneas teóricas de las características e por las pendientes del ensayismo. implicaciones sociales de la econoUna objeción, en cualquier caso, mía de servicios basada en la informenor, si se atiende a la perspicacia mación; y, por último, The Winding de sus propuestas, y, sobre todo, a que Passage (1980), donde vuelve a inciel mismo Bell es plenamente consdir en la crisis cultural de la moderniciente de estos riesgos. dad. Asimismo, ha publicado infiniLa década de los sesenta tuvo dad de artículos, a la vez que ha importantes consecuencias en los formado parte del consejo editorial planos político y social, que fueron de revistas de la talla de Common inmediatamente trasladadas al inteSense, The New Leader y Fortune. lectual. Los Estados Unidos sufrieTambién ha encabezado la edición ron por primera vez una derrota de libros colectivos, entre los cuales militar, y el movimiento estudiantil destaca Las ciencias sociales a partir de formó un frente que cuestionaba la II Guerra Mundial (1982). abiertamente los valores de una sociedad instalada en el bienestar, el Bell forma parte de un reducido consumo y un razonable funcionagrupo de autores a quienes el calimiento institucional. Por otra parte, ficativo de sociólogo se les queda las manifestaciones culturales y corto, pues su obra ha fondeado en artísticas estaban dominadas por los caladeros multidisciplinares de la unas vanguardias cuyos valores economía, la cultura, la religión, la parecían antagónicos a aquéllos que política, las artes, la literatura y la habían constituido el tradicional teoría sociológica, entre otros; siemsustento de la cultura americana y, pre con un espíritu omnicomprensipor ende, de la occidental. Todo esto vo que ha intentado dar cuenta de produjo un natural desconcierto los tan sutiles como innegables lazos entre los intelectuales, pues, de que se establecen entre todos los forma aparentemente paradójica, niveles de la realidad; y ello desde buena parte de los impulsos profununa elegancia visible tanto en su dos de estos acontecimientos chocaestilo como en el refinamiento inteban frontalmente con las tendenlectual de sus perspectivas. Una precias predominantemente liberales tensión tan fáustica no podría menos (en el sentido norteamericano del que ofrecer algunas debilidades, y es término) del stablishment académiprecisamente esa elegancia de su co. Curiosamente, las consignas enfoque la que lastra en ocasiones el lanzadas desde los campus universicer en esta corriente ciertas líneas de tarios nunca tuvieron como objetiintereses y propuestas comunes. vo fundamental el minoritario secEl centro argumental de las mistor de intelectuales de orientación mas es la aceptación de la concienconservadora. cia moderna, expresada fundamentalmente a través de la racionalidad No se puede entender la eclosión funcional del cálculo y la eficiendel movimiento neoconservador si cia. En términos sociológicos, esto no se atienden a estas premisas. se traduciría en la asunción no resigDaniel Bell es uno de sus más conspinada del «desencantamiento del cuos representantes, junto a Kristol, mundo» que diagnosticó Weber a Nisbet, Glazer, Novak, Lipset, Shils, principios de siglo, y que conlleva la Podhoretz, Huntington, Kickpafragmentación de las cosmovisiones trick, Brezinsky, Wildousky y Bany, por tanto, la experiencia del relafield, entre otros. El término neotivismo. En términos generales, el conservador fue popularizado en neoconservadurismo es un movi1979 con la publicación de la obra miento formado por antiguos liberade Steinfels The Neoconservatives. les, bastantes de ellos provenientes Todos, con la excepción de Kristol, de la izquierda radical (como el rechazaron tal denominación por mismo Bell, que a la temprana edad considerarla inexacta, cuando no de los trece años ya militaba en la peyorativa, aunque finalmente se Yowng Peoples Socialist League), que resignaron a aceptarla con no pocas reaccionaron ante la experiencia de dosis de ironía, como en el caso de los años sesenta decantándose por la Bell, quien no en vano suele repetir defensa de las instituciones norteaque se considera socialdemócrata en mericanas y, muy especialmente, del lo económico, liberal en lo político y capitalismo. Escéptica con respecto conservador en lo cultural. Una a las utopías de todo signo, esta declaración que muchos de los autocorriente adopta una ética de resres anteriormente mencionados disponsabilidad frente a la cosmovisión tarían mucho de suscribir, pues el relativista y una actitud pragmática neoconservadurismo constituye una desde el punto de vista político. Asiamalgama de orientaciones teóricas mismo, defiende a ultranza los valoen absoluto monolítica, a pesar de res de la libertad y la responsabililos obstinados intentos de simplifidad, y considera que el fenómeno cación, no pocas veces interesados, religioso tiene que desempeñar un que se han hecho de sus presupuesimportante papel en la crisis de la tos. No obstante, se pueden reconomodernidad. El neoconservadurisBell distingue en la sociedad tres mo ha tenido amplia repercusión estructuras diferenciadas: la tecnopor sus planteamientos críticos con económica, el orden político y la culrespecto al Estado de bienestar. tura. Cada una de ellas posee distinÉstos se fundamentan en la constatas lógicas y ritmos de cambio que, a tación de la sobrecarga de demandas su vez, legitiman tipos de conducta y concentración de expectativas no sólo diferentes, sino incongruenque aquél ha generado, así como en tes entre sí. Al orden tecnoeconómila crisis de legitimación que se proco concierne la organización de la duce en el sistema político, al verse producción y la distribución. El éste incapaz de satisfacerlas. Aunprincipio axial es la racionalidad que, como telón de fondo, subyace funcional, expresada a través de la la idea de que la crisis del Estado de eficiencia y la optimización de los bienestar y, en general, de la moderresultados económicos. Su estructunidad, es básicamente moral y espira axial es la burocracia y la jerarquía ritual. Sobre este último punto han que desemboca en la especialización girado buena parte de las aportaciode las funciones en la producción. nes neoconservadoras, con diversa En esta estructura, la persona se fortuna. Aquí es donde Bell destaca cosifica debido a la posición suborpor el refinamiento y la solidez de su dinada del trabajo a los estrictos análisis. principios de las organizaciones. Las contradicciones culturales del El orden político es el campo de capitalismo fue publicado en 1976 la justicia y del poder sociales. Su (en la reedición de 1996, el autor principio axial es la legitimidad, y introdujo un epílogo en el que entra presupone la existencia de ciudadacon tono polémico en algunos debanos iguales y responsables ante la tes de la actualidad, pero no afecta a cosa pública. La estructura axial es la los argumentos centrales de la pride representación o participación. mera edición de su obra), aunque es, Los aspectos administrativos de este en realidad, una recopilación de orden pueden ser regidos por sisteartículos escritos en su mayoría en la mas tecnocráticos, pero, dado que la década de los sesenta. El tema funacción política trata de reconciliar damental es una descripción crítica intereses a menudo contradictorios de la cultura emergente en la socieentre sí, las decisiones últimas en dad posindustrial, destacando sus este ámbito se toman mediante elementos contrarios a los requeriacuerdo o por ley, es decir, atendienmientos del capitalismo. Para ello, do a una racionalidad distinta a la cia: nada está prohibido y todo debe tecnocrática, que es la prevaleciente ser explorado. Es una forma de en el orden tecnoeconómico. hedonismo sin alma en el que el El tercer orden es el cultural. principio de jerarquía de las virtudes Siguiendo a Cassirer, Bell concibe la —tal como existía, por ejemplo, en cultura como el campo del simbolisla antigüedad— se ha desvanecido. mo expresivo, es decir, los esfuerzos Ahora la preocupación de este yo es en las artes, la literatura, la poesía o la autenticidad individual, libre de las diversas formas de expresión de artificios y convenciones, que, las religiones a través de liturgias y como corolario fundamental, estarituales que tratan de explorar los blece como preocupación prioritasentidos de la existencia humana de ria de la construcción de la identialguna forma imaginativa. Expresadad el motivo y no la acción (obsérmente, no incluye en esta definición vese la ruptura esencial con la ética la ciencia y la filosofía. Esta concepclásica). De forma significativa, esta ción de la cultura atiende a las forinversión valorativa se constituye mas en que las sociedades se han en la fuente de los juicios éticos y enfrentado secularmente a las granestéticos. En cualquier caso, no hay des cuestiones existenciales. Es la que remontarse al clasicismo para expresión, en última instancia, de encontrar dónde se encuentra la los mecanismos de búsqueda del cesura fundamental de esta concepsentido. ción con respecto al pasado. La verEl eje de la argumentación de sión del modernismo cultural se Bell es que existen distintos ritmos constituye en una ruptura esencial en el desarrollo de estos tres órdecon la ética protestante que propines; es más, se da el caso de que exisció la aparición y posterior desarrote una contradicción flagrante entre llo del capitalismo. Esta ética, basalos requerimientos del orden tecnoda en los valores de la frugalidad, del económico y los del cultural. ¿A qué cálculo racional, la postergación de se debe esto? Para contestar a esta las gratificaciones, la autolimitapregunta debemos adentrarnos en ción y la contención del yo en una su análisis de las características de la esfera que propiciaba la actividad cultura contemporánea. La cultura económica capitalista, ha desaparemoderna está constituida por un cido. Es más, la ética protestante principio axial: la expresión y la —que en ningún caso Bell simplifiremodelación del yo para lograr la ca hasta el punto de llegar al estereautorrealización. En esta búsqueda, otipo— formaba parte de una unino existen fronteras a la experiendad cosmovisional que integraba al tico. Las vanguardias del siglo XX individuo en otras esferas de valor, son las herederas de este espíritu. tales como la moral, la estética y, por Las vanguardias, y el arte consupuesto, la religiosa. temporáneo en general, son portaDe esta forma, se pueden discerdoras del germen del nihilismo al nir las fuentes estructurales de las negar la primacía de la realidad tensiones latentes en la sociedad: las externa como algo dado. Una intuinecesidades que requieren tanto el ción que ya estaba presente en Dessistema tecnoeconómico (con una cartes y en Kant, pero que toma estructura burocrática y jerárquica), plena carta de naturaleza en el arte como el orden político (portador de del siglo XX. Se desecha, entonces, los principios formales de igualdad y la posibilidad de contemplación participación) y el orden cultural —theoria— y de enjuiciamiento (fundado en la autorrealización objetivo de la realidad externa: la individual y la experimentación) no expresión artística deviene en una encajan fácilmente entre sí. El indiapoteosis descarnada de la subjetivividualismo moderno nació con el dad, una especie de autismo vocinRomanticismo, y se caracterizaba glero bajo el signo de la hybris. La por el énfasis en la acción como contemplación es sustituida por la la forma esencial de afirmación del sensación, la simultaneidad, la yo; la expresividad sería la conseinmediatez y el impacto. Estos valocuencia natural de esta concepción. res impregnan la cultura contempoLas obras de Schelling, Novalis, ránea e inspiran los comportamienSchiller, Jacobi, Schlegel, Herder, tos individuales y sociales, todo lo Goethe y Fichte son las parteras de cual supone el abandono completo una concepción vitalista del ser de los valores de la burguesía que humano que pone en un primer hicieron que triunfara el capitalisplano la acción y, por tanto, la expemo. La contradicción reside, pues, riencia: ser un hombre no es entenen la separación entre las normas de der o razonar, sino actuar. Lamentacultura y las normas de la estructura blemente, es una experiencia que no social; pero no sólo ahí, sino también aprende nada de sí misma (la segunen la contradicción que se produce en da parte de Fausto, de Goethe, es la estructura social misma: la empresa una buena prueba de ello). De ahí al quiere individuos que trabajen durairracionalismo sólo había un pequemente, sigan una carrera y acepten ño paso que Nietzsche y Rimbaud una gratificación postergada; por otra dieron en los planos filosófico y estéparte, las mismas empresas, a través de sus productos y propaganda, prouna parte constitutiva de la mueven el placer, el goce momentáconciencia del hombre: la necesineo y la autorrealización por vías ajedad de relacionarse con otros, la de nas a las estrictamente laborales. De determinar un conjunto de signifiesta forma, la cultura moderna ha cados que establezcan una respuesta pasado a ser antiinstitucional y antitrascendente al yo, y afrontar así la nómica, y se ha cristalizado en una irrevocabilidad del sufrimiento y de nueva clase intelectual y un movila muerte. En este sentido, considemiento juvenil que busca su exprera fútiles los intentos modernistas de sión en esa rebelión cultural. cimentar la convivencia social en una ética fundada en los principios Todo ello no es más que una clásicos —y, a la vez, más ingeforma de percibir los efectos que nuos— de la Ilustración. En cualproduce la secularización de la quier caso, se deberían redefinir los sociedad y el progresivo abandono espacios propios de lo sagrado y lo de lo sagrado. Bell afirma que el proprofano. blema real de la modernidad es el de la creencia, o, más bien, el de su La tensión del pensamiento de ausencia. Los intentos de sustituir Bell se pone de manifiesto cuando los valores religiosos por los profasus propuestas pasan del terreno nos contenidos en la «promesse de axiológico al del estrictamente políbonheur» del arte se han revelado tico, para lo que parte de un análisis ilusorios. La secularización de la de las deficiencias del Estado de biesociedad ha dejado un vacío que nestar y sus efectos perversos en las sólo podrá ser llenado con una vuelesferas de la economía y de la polítita a lo sagrado; más exactamente, ca. Los fundamentos de la legitimisegún sus propias palabras, «a alguna dad del sistema social sólo se pueconcepción de la religión», y esa den hacer viables a través del concepción «no se encuentra en la liberalismo político, pero a condiesfera de Dios o de los dioses. Es el ción de que éste pueda divorciarse sentido ineludible de lo sagrado, de del hedonismo burgués. Para ello aquello que está más allá de nosotros insta a la reflexión sobre lo que y no debe ser transgredido». Esta denomina la recreación del hogar apuesta la realiza desde una perspecpúblico, que sólo se puede obtener tiva sociológica y antropológica más mediante la elaboración de una que propiamente mística. Apoyánnueva filosofía pública que, aunque dose en Weber, Scheler, Parsons y sólo esboza de forma muy genérica, Geertz, considera que la religión es está teñida de un fuerte carácter aristotélico. El centro del problema resiconsiderar aquellas reglas, derechos de en pensar —como en la polis— y situaciones que se aplican a todas una definición del bien común. Bell las personas independientemente de parte de la constatación de la pluralilas diferencias, y también aquellas dad social de grupos aunados con el reglas, derechos y demandas relatiobjeto de defender sus intereses, lo vas a las situaciones en las que hay cual ha provocado la desenfrenada diferencias relevantes entre los gruproliferación de sus demandas. Por pos, con el objeto de efectuar las tanto, existe una segunda cuestión debidas asignaciones. No existen de fondo sobre la que reflexionar que máximas universales; la distinción es aneja a la determinación del bien no puede aplicarse de una manera común, pero difícilmente compatiformal, y sólo en la práctica se la ble con ella: la satisfacción de los puede dotar de un significado. derechos y deseos privados reclamaLa peculiar mixtura de Bell de su dos por los individuos y grupos; en análisis de la crisis cultural moderna definitiva, un corporativismo que, y su antagonismo con el capitalisen muchas de sus facetas, ha sido mo, al igual que sus propuestas, impulsado por el propio Estado de proviene de distintas tradiciones culbienestar. Su respuesta dista de ser turales, que van desde el conservaduconcreta —como él mimo reconorismo al intervencionismo socialdece—, pero, no obstante, no deja de mócrata, pasando por el liberalismo ser reveladora: no puede haber un político. A pesar de la recurrente adsinterés predominante cuyas reclacripción de Bell al neoconservadurismaciones tengan la precedencia en mo, conforme va pasando el tiempo, todo momento. Ni el individuo ni el el estilo de su pensamiento se hace Estado pueden arrogarse el derecho cada vez más difícil de clasificar en de decir la última palabra. Se deben una única categoría. 0«