Nueva Revista 062 > La tercera mujer
La tercera mujer
Juan Manuel Burgos
Reseña del libro "La tercera mujer" de Gilles Lipovetsky.
File: La tercera mujer.pdf
Archivos
Número
Referencia
Juan Manuel Burgos, “La tercera mujer,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1317.
Dublin Core
Title
La tercera mujer
Subject
Libros
Description
Reseña del libro "La tercera mujer" de Gilles Lipovetsky.
Creator
Juan Manuel Burgos
Source
Nueva Revista 062 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426
Publisher
Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.
Rights
Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved
Format
document/pdf
Language
es
Type
text
Document Item Type Metadata
Text
mental del concepto de probabilidad. Casos similares se han dado también en otros científicos. Así, «lo que salva a la ciencia de caer víctima de presuposiciones inadecuadas son, por supuesto, los papeles aleccionadores de la coordinación con el experimento y de la múltiple verificación cruzada de cualquier hallazgo por otros científicos que, quizá, han empezado con presuposiEl siglo XX ha sido el siglo de las ciones completamente diferentes». mujeres. La revolución femenina En definitiva, Einstein y otras ha roto más moldes y ha cambiado pasiones constituye una llamada a la más costumbres que todos los mileprecisión, a definir los límites de la nios precedentes. La mujer ha conciencia y a poner de manifiesto que seguido libre acceso a la educación, ésta es una actividad humana; que a la política y a las esferas de poder; tiene analogía con otras muchas, ha roto su dependencia con el hompero que posee unos conceptos espebre y ha entrado en el mundo del cíficos que, cuando son sacados de trabajo, consiguiendo la autonomía su contexto, pierden su significado. económica. Todos los campos del trabajo y de la actividad humana, ALBERTO M. ARRUTI sin excepción, al menos en la teoría, le han quedado abiertos. Esta tendencia resulta tan fuerte, que se ha llegado a pensar no sólo en una destrucción de los antiguos roles sexuales la mujer en el hogar, el hombre en el mundo exterior sino hasta en una posible inversión. El futuro nos depararía la feminización del hombre, la crisis del varón y del padre que, perdido en un mundo cambiante y cada vez más controlado por las mujeres, no sabría encontrar su posición en la sociedad ni en la familia. posmodernas. Es un ser libre, capaz En La tercera mujer, Lipovetsky de autoproyectar su destino, pero analiza con finura, inteligencia y que quiere mantener en parte los moderación, todos esos cambios roles antiguos, seguir siendo femenisociales, pero las conclusiones a las na y diferente del hombre. que llega son bastante diferentes y no exentas de un cierto tono polémico. Lipovetsky elabora esta tesis a Considera cierto, ante todo, como través de interesantes análisis sobre un hecho radicalmente positivo e temas tan variados como la seducirreversible, que la mujer ha roto ción, la belleza, la maternidad o el todos los moldes sociales que la tenípoder político o económico, mosan constreñida y limitada. El empuje trando en cada caso cómo, frente a de las sociedades democráticas, del una situación inicial para el hombre igualitarismo y de las luchas feminisy la mujer, ambos adoptan posturas tas ha logrado que hoy la mujer sea estructuralmente distintas. Esa difequien determine su futuro. Ya no hay rencia de actitud, y es aquí donde caminos obligados ni opciones ineviradica la novedad de la sociedad tables (por ejemplo, el matrimonio). actual, no es algo socialmente imEs ella quien, libremente, puede puesto, sino el fruto de tendencias construir su destino. Pero, añade el subjetivas que el hombre y la mujer autor, y aquí radica la originalidad de desean mantener. Así, por ejemplo, su posición, esto no quiere decir en indica que la especial relación de la absoluto que los roles sexuales del mujer con el mundo doméstico no se hombre y de la mujer hayan desapaproduce sin más por una imposición recido o que sean intercambiables. del varón, sino porque la mujer Esos roles persisten, aunque se han valora de modo especial el mundo hecho compatibles con los ideales de privado y encuentra en la educación igualdad y de autonomía. Y persisten de los hijos y en la ordenación y creporque las mujeres están interesadas ación del mundo interior del hogar en mantenerlos. unas satisfacciones y unos márgenes de desarrollo personal a los que no La primera muj er fue un ser infraestá dispuesta a renunciar. De igual valorado y despreciado; la segunda, modo, explica Lipovetsky que aunque comenzó a formarse a partir de la que existen razones de índole social Baja Edad Media y del Renacimienpara explicar por qué la mujer está to, fue un ser exaltado y mistificado, muy alejada de la cúpula económica pero seguía sometida al hombre. La y política de nuestras sociedades, tercera mujer, según Lipovetsky, es la éstas no dan razón suficiente de esa que caracteriza a nuestras sociedades situación. Hay otras cuestiones que las completan y las justifican de manera mucho más clara y que son internas a la estructura y al modo de ser femenino: su deseo de establecer un equilibrio entre vida familiar y profesional; la mayor relevancia que concede al éxito sentimental frente al social; el hecho de que el poder por el poder no consigue imponerse a la mujer como una finalidad existenLa defensa de las humanidades que cial profunda; su diferente actitud en este libro se propone el profesor ante el riesgo y la competencia, etc. Morón Arroyo, catedrático de la Universidad de Cornell (Estados Para el autor, por tanto, lo que Unidos), se asienta, frente al escepnos depara el futuro es una permaticismo actual dominante en el nencia de los roles sexuales pero ámbito académico, en la convicción como referentes blandos, es decir, explícita de que la verdad existe y de como esquemas que se imponen que es meta asequible en las discipliinteriormente sobre el hombre y la nas abarcadas bajo el título de mujer por su diferente identidad y Humanidades. por las distintas motivaciones que los impulsan, pero no por una consNo se trata de un ejercicio que tricción social que impediría elegir el presupone unos principios (fides propio destino o el propio modo de quaerens intellectum) sino, más bien vida. Así, Lipovetsky considera que al contrario, de la idea de que las el futuro nos ofrecerá una perpetuahumanidades pueden lograr un rigución tendencial de los roles clásicos: roso conocimiento de la realidad, a una mujer más pendiente de la bellela vez que una contribución a la za y de lo relacional, de lo expresivo y mejora de la calidad de vida del de la persona; y un hombre más penhombre. diente de lo instrumental y efectivo, Se destaca lo esencial de las del poder y del mando. Siempre, eso humanidades y las disciplinas englosí, en el marco de una sociedad abierbadas en ellas: es decir, estudiar «al ta y posmoderna en la que cada uno hombre en lo que tiene de peculiar y puede decidir su propio destino. diferente de todo otro ser. Sólo el hombre pero todo el hombre: filosoJUAN MANUEL BURGOS fía e historia; la expresión, que es la