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El final de un siglo pesimista, 1898-1998

Amando de Miguel

De como la fecha de 1898 es un símbolo para la sociedad española contemporánea, el sentimiento pesimista es común en la población general.

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Referencia

Amando de Miguel, “El final de un siglo pesimista, 1898-1998,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1114.

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Title

El final de un siglo pesimista, 1898-1998

Subject

Panorama español

Description

De como la fecha de 1898 es un símbolo para la sociedad española contemporánea, el sentimiento pesimista es común en la población general.

Creator

Amando de Miguel

Source

Nueva Revista 054 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

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Language

es

Type

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El final de un siglo pesimista, 18981998 1898 es una fecha crucial para la historia de España. Entre otras muchas cosas importantes, da lugar a la llamada generación del 98, grupo de intelectuales que no solo representaron el agudo pesimismo de una época, sino que supieron explicarlo con brillantez. Pero, ¿por qué el pesimismo de los regeneracionistas y los del 98 ha perneado la sociedad española durante más de un siglo? a fecha de 1898 es un símbode fracaso de un régimen político y lo fundamental de la sociedad hasta de una raza, como se decía Lespañola contemporánea. A entonces. Por eso se habla de regepartir de ese momento, se da el paso neracionismo. El fermento surgió decisivo de la modernización social: de la primera carnada de intelecindustria, ciudades, descenso de la tuales, llamados así por primera vez, mortalidad. Hasta la lengua española los del 98. Hay que sumar esa acción se transforma. Los escritores del 98 a la de los generacionistas, contemdan un vuelco a la forma de escribir poráneos y en parte coetáneos. Su inel castellano. Sobre todo, la famosa fluencia ha sido inmensa, llega hasta generación proporciona un talante, nosotros y es la que explica, como una manera de ver la sociedad, pesiuna especie de eco cósmico, el pemista por un lado, pero voluntarista simismo actual. No es solo que esos por otro. intelectuales fueran la personificaHabría que explorar el fundación de la amargura, sino que tammento cultural de ese pesimismo bién se ocuparon de analizar ese feque, visto de este modo, sería una esnómeno con cabal intuición. Lo expecie de constante cultural. Tampoco traordinario del caso es que la gran es que sea nada genético o consusgeneración pesimista la fie los tancial con un hipotético carácter primeros lustros del siglo xx coincinacional. Su origen se puede detecde objetivamente con un momento tar en los sucesos de hace un siglo, esplendoroso desde el punto de vista los que culminaron con el llamado de la creación artística, y bonancible Desastre. No fue solo, ni fundade acuerdo con la línea de la coyunmentalmente, la derrota de la guerra tura económica. Es la edad de plade Cuba. Fue sobre todo la sensación ta en los dos sentidos, cultural y pios del siglo xx. El pesimismo era económico. Ahí es donde se demuesla proyección de ese sentimiento de tra precisamente que los datos de la incongruencia. Por eso se producía realidad objetiva no tienen por qué la reacción pesimista, consistente en coincidir con el plano de la observaadvertir que todo, especialmente lo ción. público, iba mal. Ese mecanismo deHay una cuestión de método prefensivo se realzaba todavía más al via que por lo menos hay que suscivestirse con la bata blanca del investar. El gremio de los intelectuales se tigador científico. muestra extraordinariamente pesimista, desde luego muy por encima Según un personaje de la novela de la población general. Esta falta de Poniente solar, de Manuel Bueno representatividad necesita alguna ex(18741936), el hecho de no sentir plicación. Hay varias, todas ellas la menor ráfaga de pesimismo es el parciales y harto insuficientes. Tenprivilegio de los seres cortos o nulos gamos en cuenta una característica de imaginación. Es otra forma de previa de este gremio de escritores y decir que el pesimismo es esencialartistas. En general, suelen dominar mente un rasgo intelectual y que hay el arte escénico, lo que significa que que cultivarlo. Hay una razón para cultivan el arte de mentir. Recuérdeello: el pesimista rechaza lo que tiene se la extraordinaria importancia que porque aspira a lo deseable. Ese conlos intelectuales suelen conceder al traste puede ser un estímulo para la atuendo (o al cuidado desaliño; es acción. El médico Gregorio Marañón igual). (18871960) se refería al pesimismo Hay otra razón biográfica que excreador de Santiago Ramón y Cajal plica el agudo pesimismo de los intecomo una especie de reacción volectuales. Es la que la jerga sociolóluntarista frente a la estulticia ofigica llamaría incongruencia de estacial. Es toda una argumentación retus. Es bien sencillo. Su oficio les generacionista, la del pesimismo que da notoriedad, aprecio público, estipodríamos llamar metódico. Maezma social. Esa impresión contrasta tu hablaba de patriotismo crítico, muchas veces con la realidad de una que según él derivaba de Costa: critivida material más bien incómoda y car para poder luego levantar. Lo hasta miserable. Todavía hoy se puemalo fue que todos ellos se agotaron de apreciar la relativa modestia del como zapadores antes de hacer el tradespacho de un profesor universitabajo de arquitectos. rio en comparación con el de un diLa pregunta sigue siendo por qué rectivo de una gran empresa. La dilos regeneracionistas y los del 98 son sonancia era todavía mayor a princitan especialmente pesimistas, hasta y allí creen ver el mundo fascinante el punto de que esta tacha ha logrado del que Madrid estaba desprovisto. permear la sociedad española duranPero las raíces del pesimismo intete más de un siglo. Es muy posible lectual son autóctonas. Lo malo es que hubiera rasgos de personalidad que no podemos probar la hipótesis en los hombres de la generación del retrospectiva si puede decirse así98 que les hicieran tender al pesimisde que el estado mental de los espamo, la negrura, la melancolía. Pero, ñoles del último siglo ha tendido hasobre todo, esa tendencia fue una cia el pesimismo. Sospechamos que cuestión que hoy llamaríamos de les atraía la visión pesimista de la vimercado. Por un tácito método de da, como una táctica de superviventanteo, esos primeros intelectuales cia. Una sociedad campesina y con descubrieron que, siendo pesimistas, escasos recursos cultiva la técnica de tenían éxito. Además, está la circunsponerse en lo peor, para que así el tancia común de que casi todos procontraste con la realidad arroje un revenían de la periferia, esto es, de prosultado soportable. vincias alejadas de Madrid. Podemos sospechar que llegaron a la capital de La lección del 98 consiste en saEspaña con una imagen de la vida ber cerrar con gracia el siglo de pesicapitalina que luego se vio defraudamismo que ahora concluye. Hay que da. Ese sería otro germen de su meretener, eso sí, el espíritu creador, el lancolía. Algunos salen más tarde a talante voluntarista. Amando de MiParís, entre otras capitales europeas, guel. ¿Catástrofes imprevisibles? La République nai pas besoin de savants. La República no necesita sabios. Tremendas palabras del presidente del tribunal revolucionario que, en 1794, condenó a la guillotina a Antoine de Lavoisier, hoy considerado el gran creador de la química moderna. alvando las inconmensurables raba en un diario que se había terdistancias entre los personajes, minado la dictadura de los científiSno hace mucho un consejero cos, acompañando su insólita dede una Comunidad Autónoma declaclaración con frases despectivas. Los